Poblados y Yacimientos para Visitar: el Castro de La Corona – Astures, Susarros, Paemeiobriguenses

Aquellos Paemeiobriguenses, de los que hemos estado hablando aquí en anteriores artículos, han desaparecido. Tampoco podremos cruzarnos por la calle con Susarros ni con Astures. Sin embargo, sus poblados han sobrevivido a los siglos y a sus barbaries y, en forma de ruina arqueológica, conviven con nosotros, aquí mismo. Los habitantes actuales de Bembibre y su comarca, los bembibrenses, con tan solo dar un paseo, podremos visitar estos lugares donde residían nuestros antepasados hace unos 2000 años; de ellos uno de los más cercanos y conocidos es La Corona, un castro que estuvo habitado durante la época de Cristo y, también, en tiempo de los romanos.

Ficha de La Corona en el PGOU de Bembibre

Ficha de La Corona en el PGOU de Bembibre

En Bembibre y su comarca se conocen varios yacimientos arqueológicos de la Edad del Hierro, pertenecientes a los Susarros, y otros más de época romana. Como cada yacimiento arqueológico es único e irrepetible, el Estado los ha declarado bienes de dominio público, pertenecientes al conjunto de la ciudadanía de España. Dada su gran valía patrimonial, para protegerlos, estos bienes únicos se incluyen en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU); que es un instrumento legal de ámbito municipal donde se organizan los usos del suelo y se establece lo que se permite o se prohíbe en determinados lugares. Un buen PGOU es un potente instrumento capaz de construir municipios prósperos, ordenados y que conserven los recursos culturales. Por ser bienes de dominio público cualquier obra o acción que suponga la modificación de las condiciones de un yacimiento arqueológico debe ser expresamente autorizada por el Estado, a través del gobierno de cada Comunidad Autónoma. En el caso de la Corona el PGOU de Bembibre, aprobado por la corporación municipal el 14/07/2005, ordena que se evitará el paso de infraestructuras enterradas, apertura de pistas, plantaciones forestales instalación de tendidos eléctricos y de telefonía, antenas repetidoras y parques eólicos. Esto se establece para poder legar a nuestros descendientes el patrimonio heredado de nuestros antepasados, patrimonio único e insustituible.

El yacimiento de la Corona alberga los restos arqueológicos de un poblado de la Edad del Hierro, perteneciente a la tribu de los Susarros y a la nación Astur. La forma del yacimiento indica que se edificó siguiendo las costumbres astures y, por los materiales arqueológicos que se han hallado en él, sabemos que estuvo habitado en época romana.

La Corona en 1956. Se observan zonas sombreadas en corculos que se corresponden con el sistema defensivo

La Corona en 1956. Se observan zonas sombreadas en corculos que se corresponden con el sistema defensivo

Ocupa una buena parte del cerro que se yergue sobre Bembibre, donde se ubica uno de los depósitos de agua. La construcción del depósito de aguas fue realizada durante los últimos años de la dictadura franquista, cuando al gobierno municipal no le importaba mucho ni la cultura ni el patrimonio. Así, en nombre del progreso, el propio consistorio destruyó para siempre una parte muy significativa de la Corona y, con ella, una porción del patrimonio y de la historia de Bembibre.

La Corona en 1977. Depขsito ya construido, las zonas sombreadas conforman cกrculos que se corresponden con los terraplenes del castro

La Corona en 1977. Depขsito ya construido, las zonas sombreadas conforman cกrculos que se corresponden con los terraplenes del castro

Si observamos La Corona desde Bembibre veremos que, en la cima del cerro, donde el depósito, está(ba) la acrópolis, un recinto fortificado central delimitado por un terraplén (o quizá muralla) todavía visible sobre el terreno. Habitualmente esta zona era reservada a funciones especiales, como santuarios u otro tipo de actividades sociales.

La Corona desde el Vaguillo

La Corona desde el Vaguillo

A una cota más baja, tomando como centro lo más alto de esta colina, los habitantes Paemeiobriguenses de la Corona trazaron un segundo recinto defensivo que, en planta, forma un círculo casi perfecto que circunda la colina, como si fuese una corona. En conjunto, el poblado ocupa una superficie algo mayor a un campo de fútbol.

Mirando la Corona desde el lado de San Román, o desde la Estación de Autobuses, se pueden ver estos recintos defensivos en forma de aterrazamientos o terraplenes. En la parte de atrás de la Corona, hacia la zona de Viñales, en terrenos más llanos, estarían las zonas de cultivo.

La Corona desde Mojasacos

La Corona desde Mojasacos

Confío en que un día, cuando volvamos a subir a esa atalaya que es la Corona, podamos ser conscientes de que estamos sobre el mismo lugar donde vivieron nuestros antepasados. Espero que estas líneas sirvan para poder reconocer, aunque sea ligeramente, los vestigios de lo que fue un orgulloso poblado fortificado y que, 2.000 años después, convive con nosotros en forma de yacimiento arqueológico.

Tomás Rodríguez Fernández

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