Esperpéntico es como se puede describir lo que vivió el juvenil del Atlético Bembibre en su visita a Salamanca, para enfrentarse al Unionistas. No les asignaron vestuario, porque al parecer no había ninguno disponible, y tuvieron que utilizar una caseta de obras para cambiarse en ella, por turnos, como buenamente pudieron.
Les prometieron que al finalizar el partido -el resultado ya es lo de menos- tendrían disponible un vestuario para poder ducharse y cambiarse antes de regresar a Bembibre. Pero no fue así, y después de esperar 20 minutos tras finalizar el partido, decidieron coger el autobús y regresar a casa, con más de 2 horas de viaje por medio, para poder ducharse.
El entrenador el Atlético Bembibre, Alberto Gómez, se mostraba indignado y a través de su cuenta de twitter, consideraba lo sucedido como “una falta de respeto al Atlético Bembibre y a la propia competición..” No era para menos
Contestando a ese twitter, Unionistas pedía disculpas asumiendo la responsabilidad “ya que han surgido problemas de logística debido a la utilización del espacio por más equipos. Aún así, deberíamos haber sido capaces de encontrar una solución mejor”.
Pero esta disculpa no parece suficiente, porque lo ocurrido es muy grave. Y más si tenemos en cuenta que el anfitrión, el Unionistas de Salamanca, quien han tenido esos problemas de logística con los que se justifica, sí dispuso de vestuarios y de duchas para sus jugadores. Sus jugadores no sufrieron ningún inconveniente, y sin embargo no tuvieron reparos en causárselos a su rival.
El Atlético Bembibre anuncia una queja formal.