En las condiciones actuales, la reelección por amplia mayoría del presidente actual de Portugal es una apuesta por la estabilidad del país para enfrentar la pandemia y sus graves consecuencias económicas y sociales.
Marcelo Rebelo de Sousa ha revalidado su mandato en unas elecciones llevadas a cabo en los momentos peores para el país, porque la pandemia provocaba 275 muertos y 11.000 nuevos casos. Con el 99,91% escrutado, ha obtenido 2.533.799 votos, el 60,70% de los emitidos y no es necesaria una segunda vuelta. La segunda más votada ha sido la socialista Ana Gomes con 541.345 votos y 12,97%. Y tercero ha sido el ultraderechista André Ventura con 496.653 votos y el 11,90%.
El alto nivel de abstención es un problema democrático que se repite en Portugal en todas las elecciones, la mayor es en las europeas. En estas presidenciales ha votado el 39,49%, es decir, 4.261.209 votantes de 10.791.490 inscritos. En las anteriores de 2016 fue el 48,74%, con 4.739.950 votantes de 9.724.762 inscritos entonces. El porcentaje de votantes es aún menor dado que el censo ha aumentado en más de un millón al incorporarse automáticamente los portugueses en el extranjero. Han votado 478.741 menos que en 2016, que con el censo anterior sería el 41.43%. Además, en esta ocasión la gente ha tenido que ir a votar con la obligatoria mascarilla, guardando la distancia de seguridad y con desinfección de las manos, e incluso se recomendaba llevar el bolígrafo necesario para votar.
En Portugal la presidencia de la República tiene más atribuciones y facultades que, por ejemplo, la jefatura de Estado en España. Entre ellas las más destacadas son vetar leyes aprobadas por el gobierno o por el parlamento, y declarar el estado de emergencia (que Rabelo de Sousa ha usado frente a la pandemia), lo que crea unas condiciones complicadas de colaboración o enfrentamiento con el Gobierno. En el periodo actual, siendo el presidente que más leyes ha vetado en la historia (22), ha colaborado estrechamente con el actual primer ministro, el socialista António Costa, elegido en 2015.
Rabelo de Sousa ha sido militante y uno de los fundadores del Partido Socialdemócrata (PSD, centroderecha), pero se ha presentado como independiente a la presidencia. De hecho, uno de los vetos y devolución al Parlamento ha sido a la ley de financiación de los partidos -por falta argumentación y escrutinio público- votada por una amplísima mayoría que incluía al PSD dado que el Gobierno (del PS) y la oposición (del PSD) habían llegado a un acuerdo que incluía la supresión del límite máximo de los fondos recaudados por los partidos y la exención del pago del IVA en sus actividades políticas.
Sin embargo, António Costa, jefe del gobierno y líder de los socialistas no solo no ha ocultado su preferencia por Rebelo de Sousa -con quien ha convivido políticamente sin serias dificultades- sino que no ha apoyado a la candidata Ana Gomes, ex eurodiputada socialista, que sí ha recibido el apoyo de un sector de izquierda del PS y de otros dos partidos, Pueblo-Animales-Naturaleza (PAN) y Livre. En Portugal no es necesario que los aspirantes a presidente cuenten con el respaldo de una formación política, aunque sí es común que los partidos apoyen a un candidato.
El voto mayoritario obtenido por Rabelo de Sousa descansa en cierta medida en la respuesta a la pandemia sanitaria y la crisis económica. El actual jefe del Estado presionó desde el principio para un confinamiento en marzo pasado, ha estado muy activo en el seguimiento de las medidas y ha pedido más inversión en la sanidad pública. Y también en la necesidad de estabilidad política y continuidad presidencial para enfrentar los retos de la pandemia económica, recibiendo así muchos votos de sectores socialistas.
Mientras Ana Gomes, socialista, -siendo en estas elecciones la mujer más votada como candidata a la presidencia en Portugal- se centró en la lucha contra la corrupción, y el bloqueo a la extrema derecha. También Marisa Matias del Bloco de Esquerda -que desde las pasadas elecciones presidenciales de 2016 y hasta ahora era la mujer más votada, tuvo el 3,95% de los votos-, llamó a proteger el empleo y combatir la precariedad, y defendió la estabilidad como principal función de un jefe de Estado, siendo blanco de ataques del candidato ultraderechista André Ventura.
Y está ha sido una parte excesivamente llamativa de la campaña electoral. La aparición -y qué resultados- de Ventura, apoyado por su partido Chega y único diputado desde las elecciones de hace un año. Es un hecho que ha crecido su anterior voto muy minoritario y es indicativo de que ha recibido apoyo electoral del sector más derechista del CDS (Centro Democrático y Social, de derecha) en contra de que Rabelo de Sousa siguiera en la presidencia de Portugal.
Posdata. Resultados de las elecciones presidenciales de Portugal en 2021.
Marcelo Rebelo de Sousa 60,70% 2.533.799 votos
Ana Gomes 12,97% 541.345 votos
André Ventura 11,90% 496.653 votos
João Ferreira 4,32% 180.473 votos
Marisa Matias 3,95% 164.731 votos
Tiago Mayan Gonçalves 3,22% 134.427 votos
Vitorino Silva 2,94% 122.743 votos
Eduardo Madroñal Pedraza