Sorpresa y estupefacción. Esa fue la reacción de las personas que se fueron acercando esta mañana al mercadillo semanal de Bembibre, que reabrió al público con una decena de puestos en el exterior.
La imagen característica del mercado llena de gente entre las voces de vendedores anunciando las promociones ha dado paso a una estampa muy diferente, eso sí, con numerosas personas que se fueron desplazando (mascarilla en boca y distancia de seguridad) pero con un paseo de Carrizales completamente vacío. Y no precisamente porque no hubiera espacio suficiente, sino porque el grueso de los comerciantes decidió no desplazarse.
Según fuentes municipales consultadas, estos vendedores justificaron su ausencia por la limitación del aforo del mercado (un 25% del total) y por la obligatoriedad de poner en cuarentena las prendas probadas.
Al final se ubicaron una decena de puestos, entre ellos dos de ropa, de árboles menores y plantas, puestos de venta de truchas y de pollos asados. Se unen a la docena de puestos en el interior del mercado de abastos.
El Ayuntamiento había puesto en marcha un sistema de control de acceso por la calle Susana González y canalización de la circulación por el mercado que finalmente no fue necesario.
Pese a que el mercadillo exterior no pudo lucir, este jueves hubo un mayor movimiento en el mercado que la semana pasada. Entonces, todavía en fase cero, abrió sus puertas únicamente la plaza de abastos interior.