Gustavo Vega
Ya sangrando
El sol se levanta
En la mañana.
Donde unos cientos
Alcanzan a otros vientos,
Un pez atravesó la luna.
El tronco negro
De un árbol quemado. Escultura
De ausencias.
Una melodía azul
Nos atrae hacia los montes
Del horizonte.
En silencio
Una flor se abre paso
Entre el estiércol.
Sueña el león
Mariposas de seda.
Tarde serena.
La nieve mira la luna.
La luna mira la nieve.
Diálogo en blanco.
Grazna la luna
Desde la afilada rama
Del cuervo.
Un pájaro
Instantáneo rasgó el cielo hacia
El infinito.
Un grito
Rompió el cristal
Del instante.
Sueño sin orilla.
La lágrima del pez
Es inmensa.
Muestra la nada
Sus oscuras fauces
Ya de mañana
Era
La más dulce
La más bella.
Era
Absurdo empeño, ser
Un nombre para
El olvido.
Cuántas mañanas.
Tengo la cabeza
Llena de canas.
¿Por qué
Siempre se me retrasan
Los relojes?
En mi ataúd
Falta un cuerpo. Paréntesis
Abierto.
Como tú, la luz
Se disipa, se di s i p a
Sobre sí misma.
Se fue. Pero quedó
Su ropa colgada, hueca…, y con olor
A ausencia
Fue tan hondo el beso
Que se extasiaron los muertos
De sus pensamientos.
Poco a poco
Se superponen las sobras, las sombras,
Se cierra el paréntesis.
Vaga dimensión,
Me ha dado su mano
Llena de sombras
Soledad.
Mirar por la ventana y tan sólo
Ver los propios fantasmas.
Quién pudiera
Nadar hundido en un mar
De estrellas.
Con brazos de niebla
Pasa húmedo el otoño. ¿Dónde
Aquel beso de primavera?
Llora la piedra
De la fuente antigua.
Melancolía.
Destinados
Como la lágrima del pez
A la inmensidad
Entre tus labios
La palabra ¡amor!.
Entre mis labios.
Vivir. Matar
La muerte a golpes
De deseo.
Mirar la quietud
De la madera. Abocarse
Al abismo.
Contra el horizonte,
Don Quijote y Sancho,
Dos ideogramas.
Invierno. Se desliza
La luz en el frío cristal
De la ventana.
Un grito blanco
En la luz. Cruza el aire
Una gaviota.
Duerme desnuda.
Sobrevuelan su cuerpo
Dos mariposas.
Lejana orilla.
Quedó enredado su cuerpo en
Mis pensamientos.
Bajo el árbol
Florecido, cadáveres
Pudiéndose
Se quiere decir.
Pero es imposible decir
Lo que se quiere.
Mirando al sol
La tierra se vuelve espiga
Y amapola…
Sin dejar huella
Atraviesa el cielo
Una cigüeña.
Cerré los ojos.
Un avión aterrizó
En mi memoria.
De la herida
Brota azul el silencio,
El poema.
El tren se acerca,
Llega, y pasa, se aleja,
Como la belleza..
Por fin tus ojos.
Hoy el tren llegó lleno
De primaveras.
Sangrando
El sol se pone sobre las cicatrices
Del día.
Entre tus labios
La palabra ¡amor!.
Entre mis labios.
Círculos de pájaros.
Figuraciones fragmentarias.
Un poema no escrito.
Tiempo
Sin tiempo,
Un poema
Deseo de ser
Sólo sueño, indiferencia.
Poético anhelo.
De la herida
Brota azul el silencio,
El poema.
Para agujerear
Con luz tanta oscuridad,
Tres versos.