Esta semana hemos asistido al espeluznante caso de una mujer vegana, indignada porque su hija se tiene que disfrazar de pescadora en el colegio. Dice la desgraciada mujer que es que va contra sus principios. Han saltado todas las alarmas.
Van contra los principios, de veganos y no veganos, los asesinos y demás… pero a los niños les encanta Halloween y se disfrazan de cosas de esas, y lo pasan pipa y no por eso se van a convertir en asesinos o monstruos.
Eso solo una forma más de decir que, evidentemente, esa mujer la cosa no es que sea vegana, sino que tiene un problema psicológico a tratar… pero tampoco eso es nada noticiable, pues sobre los problemas psicológicos dentro de nada podremos decir sin apuros aquello de “quien no haya tenido o tenga alguno, que tire la primera piedra”.
La psicología es una profesión en auge… a diferencia del periodismo de calidad.
Porque no tiene nada de destacado que a una persona se le vaya la pinza en la farándula de las redes sociales con uno u otro tema.
Pero ahora era una persona vegana la que hacía el ridículo, y esas raras ocasiones en que un vegano da que hablar, hay que cogerlas al vuelo para informar a nivel nacional, porque como sabemos los veganos son una amenaza para toda la humanidad.
Y así, he visto el titular de la salida de quicio de esa mujer ya no sé en cuántos medios de comunicación presuntamente serios. Luego se quejan de que pierden lectores, pero no les da por probar a informar de cosas serias, y con seriedad, y sin tratar de adoctrinar.
No es la primera vez (ni será la última). Hay varios casos informados de bebés muertos, presuntamente, porque sus madres los alimentaban con una dieta vegana… y por supuesto en esas noticias sensacionalistas no les da por decir las cosas bien: que es que esas madres alimentaban a sus hijos mal, pero podían haberlos alimentado mal igualmente con una dieta de cualquier otro tipo. Se puede ser omnívoro y comer fatal, o se puede ser vegano y comer estupendamente; hay muchos ejemplos de ambas cosas. De hecho, por supuesto mueren muchos más bebés por una mala nutrición a manos de progenitores no veganos… pero los medios de comunicación están ávidos de noticias en las que hacer escarnio público del veganismo.
Como último ejemplo, mencionar el de aquellas dos artistas que dijeron aquello de las gallinas violadas… No recuerdo los detalles, pero ni me molesto en rebuscarlo para citarlo mejor.
La cuestión es que ciertos medios de comunicación, a la que pueden, se aprovechan de alguna salida de tono de un vegano, para hacer noticia de donde no la hay. Porque en todos los colectivos hay gilipollas, pero no vemos noticias de las salidas de tono de personas no públicas de otros colectivos.
Y me parece lamentable, pues los veganos son personas que han escogido por estilo de vida el hacer el mínimo daño posible a otros seres, y tener el mínimo impacto posible en la naturaleza.
¿No sería eso precisamente algo a ensalzar?
Ah, no es casualidad que todos los casos citados sean con mujeres. La sensibilidad es algo más bien de ellas. La violencia es algo más bien de hombres. Es así, a los hechos me remito.
Supongo que un psicólogo sabría explicar mejor este fenómeno, pero diría que se ataca a los veganos desde el mismo complejo de inferioridad con el que se atacan otras virtudes a las que no llegamos… porque sabemos que sería mejor alimentarnos sin que ello suponga pagar para que otros maltraten y maten los animales que comemos, pero como están tan ricos los animales y no queremos prescindir de ello, los veganos como ejemplo son una disonancia.
Tomás Vega Moralejo