El señor Costos casado con el señor Smith (I y II)

Leo ABC: Costos y Smith son americanos y gays. John -Costos- es el embajador USA en España y Michel -Smith- es su compañero. Smith, o sea, el compañero de Costos regenta una empresa de decoración y ha amueblado, a su gusto, la embajada. Cuando el periodista le pregunta por la comida española que más le gusta, Michael Smith dice:

Leo ABC: Costos y Smith son americanos y gays. John -Costos- es el embajador USA en España y Michel -Smith- es su compañero. Smith, o sea, el compañero de Costos regenta una empresa de decoración y ha amueblado, a su gusto, la embajada.

-Cortinas y sillas… -dice- estamos intentando hacer la casa más acogedora y aunque hemos traído muebles, también hemos comprado muchos en Madrid, sobre todo, alfombras.

Cuando el periodista le pregunta por la comida española que más le gusta, Michael Smith dice:

-Si pudiera elegir un plato español para comer el día de Acción de Gracias -duda- hay demasiadas cosas que me gustan. Los huevos fritos con patatas fritas, la paella o el jamón de pata negra o el tumbet mallorquín con un huevo.

En USA, al día de Acción de gracias le llaman thanksgiving day y se celebra el cuarto jueves de noviembre y aunque es una fiesta religiosa, está más bien considerada una festividad secular y es una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes.

Podíamos decir que es la “Fiesta de la Cosecha”. La tradición tiene sus orígenes en 1621 y los exploradores españoles ya lo celebraban en Texas y Virginia.

John Costos, -seguimos leyendo- el embajador, ha pedido a Chris Kidsen que se desplace de USA a Madrid el día de Acción de Gracias porque ese día los embajadores tendrán invitados.

Kidsen es un chef estrella en Los Ángeles y era el cocinero personal de los embajadores en California y, además, les ha recomendado a Byron Hogan para que trabaje con ellos en Madrid.

-Me han pedido que prepare -dice Byron Hogan- muchas verduras, pero que el producto sea de calidad y sobre todo, fresco. Sonríe.

-Costos y Smith suelen comer a las doce de la mañana. El señor embajador se levanta a las siete ; se toma un café y comienza a trabajar. A veces está tan ocupado que, o no come o come un sándwich.

El embajador y su consorte celebraron este año el día de acción de gracias con los profesores estadounidenses que están en Madrid, gracias a las becas Fulbright y el plato principal fue pavo asado y, como postre, una cocinera preparó tres tipos de tartas: de manzana, de nueces y de calabaza acompañados por helado y nata montada.

Para preparar el pavo relleno que suele comerse en la Fiesta de Acción de Gracias debemos comprar, naturalmente, un pavo, -o esperar que alguien nos lo regale-, aunque puede sustituirse por un pollo. Lo limpiamos y lo tenemos a mano. Y, a mano también, medio litro de aceite, una tacita y media de licor, dos tazas de vino blanco, pan de molde, -sin corteza- duro y cortado en cuadraditos, una cebolla mediana, jamón en dados, caldo de ave, ajo, cuatro huevos cocidos, sal y pimienta.

Salpimentamos el pavo -o el pollo- por el interior y lo bañamos en vino blanco, reservándolo en la nevera.

Posteriormente lo sofreiremos en una sartén y lo reservamos. También sofreímos el pan, doramos las cebollas y mezclamos las dos, al tiempo que bañamos el pavo en licor y en caldo de ave. Rellenamos el pavo -o pollo- y lo metemos en el horno a 180 grados durante cuarenta y cinco minutos.

Este plato se puede acompañar con puré de patata, verduras salteadas o salsa de arándanos.

Personalmente , empleé un pollo y lo adorné con puré de patatas y, Dios me perdone, pero estaba como Dios.

Pero como el señor Smith hablaba también del tumbet mallorquín, he buscado esta receta en un libro de recetas y me he encontrado con un hermoso plato de verduras cuyo tiempo de preparación es de unos cincuenta minutos.

Tendremos que hacernos con los siguientes ingredientes: tres berenjenas ,tres patatas, tres pimientos verdes, una cebolla, un kilo de tomates maduros, sal y aceite de oliva.

Cortamos las berenjenas en rodajas y las dejamos entre cinco y diez minutos en sal para eliminar el amargor. Las lavamos, las secamos , las pasamos por harina y las freímos, reservándolas.

Pelamos las patatas; las cortamos en rodajas de cinco centímetros de grosor aproximadamente, las freímos, las salamos y también las reservamos. Cortamos, después, los pimientos en tiras de un centímetro a lo ancho, los freímos y los reservamos.

En el mismo aceite, freímos las cebollas picadas y añadimos los tomates troceados. Al cabo de unos minutos aplastamos los tomates y comprobamos que la salsa resultante no quede excesivamente líquida.

En una fuente de hornear colocaremos todos los ingredientes que habíamos reservado, por capas: berenjenas, patatas y pimientos, comenzando por la salsa de tomate y, sobre ella, una capa de pimientos, salsa, una capa de patatas, salsa, berenjenas, salsa y dejamos que se haga al horno.

Este plato res un descendiente directo del antiguo alboronía árabe que, a su vez, es el padre del pisto manchego, el ratanoullle francés, la sanfaina catalana o el shakshuma árabe. Puede acompañarse con un filete de lomo o con un huevo frito. Al sacarla del horno podemos echarle unas briznas de mejorana y tomillo.

 

 

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