A CIENCIA CIERTA / Estadística y probabilidad matemáticas, frente a “tomaduras de pelo”

Escribo este artículo para intentar rebatir la proliferación de noticias a mi modo de ver distorsionadas, confusas y ambiguas que a menudo aparecen  en general en Internet sobre diversos aspectos de nuestro mundo, que en mi opinión lo que hacen es sembrar confusión e incluso engañar abiertamente a los ciudadanos. Me refiero a “informaciones” sobre el futuro y en especial la climatología o más en concreto la meteorología, que figuran en medios de comunicación teóricamente serios y rigurosos.

Intentar conocer el futuro tomando como base de referencia el pasado, es una actitud racional. Es lo que solemos hacer de modo habitual. La experiencia es la madre de la ciencia, creo que se dicho y con razón. La experiencia del pasado nos sirve de guía para intentar conocer el futuro, pero la casualidad también existe; por ello la experiencia o los experimentos a menudo hay que realizarlos de modo reiterado y analizar con todo el rigor posible sus resultados. Ello entiendo que se hace por ejemplo para comprobar la eficacia de un medicamento, como  es lógico. La experiencia implica repetir cuantas más veces mejor la prueba o el experimento y analizar con el máximo rigor posible sus resultados; con el fin de establecer una relación causa- efecto con la mínima posibilidad de error posible, descartando así la casualidad. Ahora bien para analizar un número grande de datos, no queda más remedio que recurrir a métodos estadísticos y lógicamente matemáticos.

Las matemáticas relativamente simples, es decir las que se estudiaban hace 50 años en la enseñanza secundaria ( bachillerato) abordan este tema. El análisis reiterado de un experimento se realiza mediante la parte de las matemáticas llamada ESTADISTICA. La probabilidad de que suceda un evento futuro (por ejemplo una nevada de características muy concretas y en un punto bien determinado); se analiza mediante otra parte de las matemáticas conocido como el cálculo de probabilidades y siempre tomando como base datos del pasado analizados con rigor matemático.

En un libro de matemáticas que aún conservo de mi época estudiantil (tenía 14 años) se dice textualmente que “la estadística tiene por objeto dar métodos para obtener, analizar y presentar los datos numéricos sobre una cuestión y luego comparar los resultados con otros análogos de otros  lugares o tiempos, para inferir conclusiones prudentes y dignas de confianza frente a lo incierto”. En otro de ellos, del siguiente curso se explica lo que es la probabilidad matemática. Incluso se llega a definir lo que es la esperanza matemática, mediante números obviamente.

ESTADISTICA Y PROBABILIDAD MATEMATICAS

La Estadística es una rama de las matemáticas que tiene por objeto facilitar el análisis de grandes conjuntos de datos numéricos. Las estadísticas y como es de dominio público, son en esencia enormes conjuntos de números referentes a las más diversas cuestiones. Es pues una herramienta que trata de facilitar a nuestra mente una imagen lo más parecida posible a la realidad, expresando en un número lo recogidos por un conjunto mucho más amplio  también de números.  Por ejemplo la edad media de las personas de un pueblo, dato que logra obviamente sumando las edades de todas las personas y dividiendo el resultado por el número de aquellas. Para conocer bien cualquier tipo de realidad, esta ha de poder ser cuantificada. Aquello que no se puede pesar, medir o contar siempre es mucho más difícil de evaluar que otras realidades como las emociones, los sentimientos, las simpatías o las antipatías.

Nuestra mente a medida que va adquiriendo datos, más dificultad tiene de manejarlos. Si observamos por ejemplo una viña para saber si hay buena o mala cosecha podemos hacerlo de muchos modos. El más simple dar un paseo por la misma y observar lo que vemos. Información más eficaz se lograría si tenemos la precaución de ver una a una todas las cepas. Si además de ver una a una nos detenemos a observar con cuidado el número y volumen de todos y cada uno de sus racimos, aún mejoraremos nuestro conocimiento y desde luego si pudiésemos saber con sólo mirar el peso exacto de cada racimo mejor aún. En definitiva el primer paso es observar y no sólo observar. Hay que cuantificar lo que se observa para poder darle un número.

El análisis estadístico de cualquier observación rigurosa se refleja matemáticamente en una serie de números. Estos números indican una serie de conceptos   como son las frecuencias (absoluta y acumulativa), los porcentajes, media aritmética, la mediana, la moda, la variancia y la desviación media. Es posible que haya alguno más. Ahora bien la observación rigurosa de un fenómeno (causa posible) o de una situación sólo sirve para conocer el efecto futuro, si se establece una relación causa- efecto ,que no se pueda atribuir a la casualidad. Para ello hay que de nuevo volver en muchos casos al análisis estadístico de los reiterados experimentos.

Hay ciertamente fenómenos ( lanzamiento de una moneda o de un dado) que no precisan de experimentos para calcular la probabilidad matemática de que sucedan en el futuro. El caso más simple es el de una moneda lanzada al aire. La probabilidad matemática de que salga una cualquiera de las dos caras es de exactamente en 50 por ciento o si se prefiere de cada dos uno. Es evidente. En el lanzamiento reiterado de dos dados es sencillo calcular la probabilidad matemática de los resultados. Sin embargo cuando esa realidad no tan es evidente no queda más remedio que realizar el experimento reiteradamente, para  fijar con la mayor exactitud posible la probabilidad matemática.

Todas estas cuestiones inherentes al análisis matemático de un fenómeno , a las relaciones causa-efecto y a la probabilidad de que suceda un evento en el futuro, han sido analizadas matemáticamente desde hace siglos. Célebres matemáticos como P.S. Laplace y C. F. Gauss se han ocupado del tema y supongo que en la actualidad las casas de seguros, por ejemplo, seguirán teniendo en cuenta sus métodos de cálculo, para cuantificar las cuotas que deben fijar por cualquier seguro. En definitiva que los reiterados experimentos y su análisis matemático primero y el estudio también matemático de las relaciones causa-efecto después , permiten calcular la probabilidad matemática de que un evento futuro sea cual sea suceda.

Por supuesto siempre queda la casualidad. Nadie nos asegura, por ejemplo, que mañana mismo una bomba nuclear impacte en nuestra casa, por raro que ello sea.

ACTITUD IRRACIONAL

Para finalizar voy con la idea que me hizo escribir este artículo. Resulta que en Internet proliferan opiniones de personas, que quizá ni siquiera se han leído esos viejos libros de matemáticas de hace mas de 50 años y que juegan a adivinar el futuro, sin aportar ni un solo análisis estadístico en el que basar sus predicciones. Sin señalar que tipo de estudios que han realizado, sin mostrar cuadernos de notas por simples que sean y en definitiva sin aportar datos matemáticos de tipo alguno. Simplemente se basan para adivinar el futuro ( la meteorología muy a menudo) en métodos en los que dicen creer.

Si aportasen  datos concretos sobre los experimentos realizados o cuadernos de apuntes fiables y comprobables o los estudios realizados para fundamentar esas creencias, no habría  problema alguna para darles credibilidad. El problema es que raramente señalan datos numéricos, ni para sustentar sus creencias, ni para señalar lo que nos espera. Por ello pienso que se trata de una enorme “tomadura de pelo”, como lo son por ejemplo los horóscopos o las predicciones meteorológicas del célebre Calendario Zaragozano.

Hay quien argumenta que esas técnicas misteriosas o capacidades para conocer el futuro son fiables porque los resultados lo confirman. No es cierto que existan tales aciertos salvo por la pura y simple casualidad (como los premios de la lotería). Lo que si es cierto es que bien a propio intento o sin querer, se emplea un lenguaje ambiguo y nada matemático ( como a menudo hacen algunos políticos), con lo cual siempre hay “razones” para decir que son predicciones acertadas, pero asimismo las hay para decir que no está probado que acierten. El lenguaje ambiguo tiene  muchos significados. Esta es la clave.

Rogelio Meléndez Tercero

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