A CIENCIA CIERTA / Líneas y puntos para medir el paso del tiempo

En Madrid la brillante capital de España y como no podía ser de otro modo hay varios relojes de sol monumentales, es decir de esos que se instalan en parques y jardines públicos y que ocupan una extensión de decenas de metros cuadrados. La Asociación de Amigos de los Relojes de Sol (con sede precisamente en Madrid), posee una amplia información al respecto, con datos e imágenes accesibles a través de Internet. Obviamente los hay en todas las partes del Mundo. Los relojes de sol durante muchos siglos fueron mucho más precisos que otros tipos de relojes y rindieron un inestimable servicio a la Humanidad para medir el paso del tiempo. Por esta y otras razones recientemente ( la idea partió de Esteban Martínez Almirón), se ha propuesto oficializar el Dia Mundial de los Relojes de Sol. La iniciativa fue promocionada por Manolo Pizarro  y otros estudiosos de los relojes de sol como Luis E. Vadillo Sacristán, Antonio Cañones, yo mismo y otros muchos más. Asimismo la Asociación Española de Amigos de los Relojes de Sol (AARS), en su conjunto apoya esta iniciativa. La propuesta se ha comunicado a diversas asociaciones de todo el Mundo y se está estudiando que medidas tomar.

Posiblemente haya quien piense que es una “tontería”. Yo no pienso así y lo explico y razono a continuación.

El papel de los relojes de sol

En muchos casos y actualmente son meros objetos decorativos básicamente, que la inmensa mayoría de las personas contempla con la más absoluta indiferencia. Sólo algunos curiosos se preocupan un poco por leer la hora en ellos y a los pocos segundos llegan a la conclusión de que “no andan bien”. Es en muchos casos una creencia errónea. Lo que sucede es que el tipo de horario que utilizamos en la vida cotidiana, no es el mismo que el señalado por los relojes de sol (en general pues hay algunas excepciones); aunque eso si existe una relación matemática muy precisa entre ambos, de modo que un experto en la materia sabe deducir la hora oficial (la que usamos habitualmente) a partir de la hora que facilita un reloj de sol. Pero resulta que también es posible hacer relojes de sol que señalen hora oficial. Voy a intentar dar algunas pistas por si alguien quiere saber un poquito de este tema.

Históricamente y por norma general los relojes de sol señalan la hora gracias a unas líneas rectas (líneas horarias) que se disponen en forma de abanico y son “barridas”  por la traza de una sombra, que suele ser una línea recta también. Esa sombra “barre” el cuadrante solar (donde están dibujadas las líneas horarias), de modo similar al limpia parabrisas de un automóvil. En el siglo XVIII  los relojes mecánicos ya tenían un ritmo de marcha muy uniforme y fueron capaces de detectar que los días solares no eran rigurosamente uniformes, es decir no duran exactamente las 24 horas (86 400 segundos) que debe registrar un reloj rigurosamente exacto. Los días solares difieren en su duración, tanto por defecto como por exceso, en una cuantía siempre inferior a los 35 segundos, de los que señala una reloj de los que usamos en la vida cotidiana o un teléfono móvil. Esos pocos segundos se van acumulando y al final resulta un desfase de varios minutos (más de un cuarto de hora en alguna época del año). Llegó un momento en que se hizo evidente esta situación para gran parte de la sociedad. Así las cosas utilizando el tradicional sistema de la líneas rectas habría que dibujar para cada hora un enorme conjunto de líneas habida cuenta los días del año. Es algo impracticable.

Sin embargo a alguien se le debió ocurrir una solución ingeniosa. Resulta que día tras día y a la misma hora (hora medida por un tiempo que discurra con velocidad rigurosamente uniforme como ha de ser) la dirección de las sombras varía, pero además también su longitud. Por tanto si la sombra que señala la hora no es la de una línea, si no la de un punto (el extremo superior de un poste por ejemplo), la confusión ya no sería tal. Claro que en este caso lo que hallamos en el total del año y considerando la posición de la sombra de ese punto siempre a la misma hora; ya no será una línea recta si no una con curvas y cerrada que tiene una forma parecida a la de un 8. Es la conocidísima analema.

A medida que transcurren los días y siempre a la misma hora, la sombra de ese punto, se posará sobre esa línea curvada, pero cada día en un punto diferente. Así se señalan horas y fechas. Las horas serán ya horas de tiempo rigurosamente uniforme, que es lógicamente el que han de señalar los relojes o cualquier otro medidor de tiempo que usamos en la vida cotidiana y también lógicamente a efectos científicos. Un cuadrante solar que tenga dibujadas analemas si puede señalar hora oficial. Puede pero no siempre sucede así. Las analemas son condición necesaria, pero no suficiente para señalar hora oficial directamente en un reloj de sol. Las analemas se pueden dibujar señalando la posición de la sombra en cada hora día tras día, pero es un trabajo enorme como es obvio. Si se señalan con intervalos de por ejemplo 5 días ( como  a menudo yo he hecho) ya es suficiente para ver la analema.

Conozco un reloj que por lo que veo se construyó en Francia en el año 1876, por un tal P. Ildefonse Recollet, en el que ya se dibujan las analemas  en cada una de las horas en punto del día. Bueno analemas o algo similar porque cuando lo analicé hace ya años, me pareció que había algo un tanto extraño en el mismo. Debería volver a estudiar el tema.  Aún cuando las analemas estén bien dibujadas, parece evidente que le faltaría otra corrección o ajuste en función de la longitud geográfica del reloj. En España y desde hace muchos años (publicación de Rafael Soler Gayá), conozco relojes de sol que también tienen trazadas analemas. En este caso las correspondientes a horas en punto y horas medias. Además en este último caso se introduce, me parece, la corrección por longitud con lo cual sólo le faltaría para señalar hora oficial, hacer el cambio de horario cuando lo decrete el gobierno de turno. Eso sólo se puede hacer cambiando de posición adecuadamente los letreros indicativos de las horas. Si están grabados en el cuadrante…mala cosa. Habría que hacer letreros móviles.

En los casos de los que yo denomino parques solares didácticos de Castropodame y San Román de Bembibre, esta última operación si se pueda hacer y de hecho recuerdo haberla llevado a cabo varias veces hace muchos años. Además en el caso de San Román, las ramas de analema eran de horas en puntos , medias horas, cuartos de hora e incluso en algún caso de fracciones de 5 minutos. En consecuencia si puede señalar hora oficial y con un nivel de rigor que en algunos casos supera a los de otros relojes mecánicos por ejemplo.

Ello explica (ver imagen) la espantosa cantidad de hoyos ( puntos) que hubo que hacer en una planchada de hormigón. Creo que son unos 1495 según un recuento que hace  años hice y que quizá debería revisar.  

Está claro pues que con un reloj de sol si se puede señalar hora oficial y además de modo muy exacto (incluso en la vida moderna) y está claro también que hay que tener en cuenta los diferentes tipos de horarios. El que usamos (hora oficial) es sólo uno más. Por todo ello los relojes son instrumentos muy útiles desde el punto de vista didáctico y además decorativos. Así quiero señalarlo y agradecer a Luis E. Vadillo Sacristán sus puntualizaciones para mejorar alguna cuestión aquí señalada.

Rogelio Meléndez Tercero

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