A CIENCIA CIERTA / La noche de San Juan, no es (actualmente), la más corta del año

Solsticio de verano

 El 24 de junio se celebra en España y supongo que en otros muchos países la fiesta de San Juan Bautista. Al parecer son muchas las personas convencidas de que la noche de San Juan es la más corta del año y que el solsticio de verano (comienzo del verano en el hemisferio norte o boreal) coincide con la fiesta de San Juan. Hace ya 25 años me llamó la atención que incluso en algún programa de televisión se dijese que la noche de San Juan, es la más corta del año, lo cual es falso sin duda alguna. Es una afirmación que habría que matizar mucho, tanto que está muchísimo más cerca de una mentira que de la verdad.

Otro tema es que aunque no sea exactamente la más corta del año, se encuentre dentro de un grupo de noches que son las más cortas del año, en nuestras latitudes. Son las varias que preceden y suceden al solsticio de verano.  Concretando más yo diría que a efectos prácticos desde el 10 de junio al 1 de julio la duración de las noches y a efectos prácticos -insisto- es casi la misma y además que son las más cortas del año. En medio de ese intervalo de días (21 de junio) tiene lugar, en nuestros tiempos, el solsticio de verano. Hasta el instante en que sucede el solsticio de verano las noches van siendo un poquito más cortas y tras el instante del solsticio de verano al contrario. Las noches van poco a poco siendo mayores, pero en ambos casos y a simple vista la impresión que tenemos es que durante varios días el Sol sale y se oculta por los mismos lugares del horizonte, que al mediodía verdadero alcanza la misma altura (  máxima del año), que los días  son los mas largos del año y que apenas difieren en cuanto a duración unos de otros, como las noches. Este fenómeno se percibe muy bien en los calendarios solares. Adjunto foto como ejemplo.Fig.1.

Al parecer hace siglos que nuestros antepasados se percataron de este fenómeno, es decir que durante varios días el recorrido del Sol por el firmamento o por el cielo era prácticamente el mismo. El Sol parecía estar parado. Por ello se dice que la expresión solsticio proviene del latín, “sol sistere” o también  “solstitium”, expresiones ambas que significan Sol quieto o Sol parado. No obstante eso de sol parado se puede interpretar en otro sentido, me parece. En concreto en el cambio de sentido en su ascenso/ descenso por el firmamento.  En el solsticio de invierno ocurre algo similar, pero este es otro tema. Como es de dominio público en el mismo instante en que comienza el verano para los habitantes del hemisferio Norte de la Tierra, comienza el invierno para los del resto del planeta es decir, para los del hemisferio  del sur o hemisferio austral. Como en España estamos en el hemisferio norte al hablar del solsticio de verano me refiero al inicio del verano, que se produce en los últimos días del mes de junio.

En las enciclopedias y en otros libros de enseñanza básica que se estudiaban en la infancia, ya figuraban esquemas explicativos de la órbita de la Tierra en torno al Sol  y de la posición del eje de giro terrestre y del Ecuador, respecto al  plano de la órbita terrestre. Estos gráficos son suficientes, en mi opinión para dejar bien claro que la noche más corta del año (en el hemisferio norte) ha de ser forzosamente aquella más próxima al instante del solsticio de verano. El instante (instantes más bien pues son dos) en que los rayos del Sol inciden con un ángulo máximo sobre el plano del Ecuador, se denomina solsticio. Ocurre en junio (inicio del verano para el hemisferio norte) y en diciembre (inicio del verano para el hemisferio sur ). Las situaciones contrapuestas entre ambos hemisferios terrestres, también se ponen de manifiesto, en numerosos gráficos y esquemas de los libros de enseñanza elemental. Adjunto a modo de ejemplo uno de estos. El libro se estudiaba en mi época con 12 años de edad. Fig.2

Como estamos en el hemisferio norte y hablando del inicio del verano nos fijaremos en lo que ocurre en junio. Los conocimientos básicos y elementales de astronomía precitados ( escuelas de los pueblos), sirven para entender que la noche más corta del año, en el hemisferio norte ha de ser aquella que esté más próxima al solsticio. Si el instante del solsticio ocurriere en la noche del 23 al 24 de junio y mejor aún en la medianoche, resulta que tal noche sería la más corta del año. Si ese instante tuviese lugar en la noche del 24 al 25 y mejor aún en mitad de la noche, esa sería la más corta del año.

El problema es que en los tiempos actuales el inicio del verano para el hemisferio norte, tiene lugar por norma general en el día 21 de junio. Luego la noche más corta del año podría ser la del 20 al 21 de junio o las del 21 al 22. Hace ya años que comprobé esto. También que en el siglo XX en algún caso ese inicio del verano tuvo lugar el día 22 de junio (fecha más tardía) y que en el siglo actual la fecha más tardía de inicio del verano será el 21. Son datos tomados del Anuario del Observatorio Astronómico de Madrid.

Si se analizan con calma los datos del citado anuario resulta evidente que en el pasado el inicio del verano en el hemisferio boreal (invierno en el sur), se iniciaban en fecha más tardía. Así pues y aunque debería hacer cálculos mucho más detallados, estimo, en un primer tanteo, que durante el siglo XIX el inicio del verano para los habitantes de España, se pudo iniciar en algún año el 23 de junio, en el siglo XVIII el 24 y en el XVII el 25. De este modo si parece posible que en el siglo XVII , por ejemplo, tanto la noche del 23 al 24 de junio, como incluso la del 24 al 25 fuesen la noche más corta del año. Esa idea parece ser que es la que quedó grabada en la llamada sabiduría popular. Si añadimos a ello el evidente significado religioso de la fiesta de San Juan Bautista, nada tiene de extraño que incluso personas de cierta cultura de hace siglos creyesen firmemente la noche de San Juna era la más corta del año. El que fuese la inmediata anterior o posterior al día de San Juan es algo que quizá, ni se consideraba para nada.

Si nos centramos en el caso de El Bierzo, debo indicar que en base a unos primeros cálculos realizados por mi, en una latitud de 42,5º (representativa para muchas zonas del Bierzo), la noche más corta del año debe durar 8 horas y  unos 40 minutos… si no tenemos en cuenta el relieve. Pero claro debería afinar aún mucho más el cálculo y máxime si tenemos en cuenta que El Bierzo no es precisamente una zona llana.

Cabe señalar asimismo que el inicio de las estaciones , todas las estaciones, tiene lugar en un instante que año tras año fluctúa varias horas, tantas que a veces ese instante ocurre en diferentes fechas. En el transcurso de un siglo y por norma general esa fluctuación es como máximo de dos días. Pero este ya es otro tema y ya más complejo de estudiar. Por norma general cada año el inicio del verano o cualquier fenómeno similar tiende a retrasarse unas 6 horas .  Pero cada 4 años añadimos (año bisiesto) un día más, lo que interrumpe esa tenencia al atraso de aproximadamente un cuarto de día. La explicación es sencilla. El año oficial dura exactamente 365 días ó 366 si es bisiesto; pero el tiempo que la Tierra emplea en completar su giro en torno al Sol es de 365 días y aproximadamente unas 6 horas más, esto es 365,25 días a muchos efectos prácticos. Hay otros factores varios que influyen y que sería largo y aburrido de explicar, en un artículo de divulgación elementalísima como éste.

Este asunto y otros muchos similares los he analizado con calma reiteradas veces durante años. Dispongo de numerosos libros y apuntes al respecto, que no he querido no obstante consultar todos y en detalle, porque de hacerlo me llevaría escribir este artículo una cantidad de tiempo totalmente injustificada. Además la manía de estar revisando, matizando, recomprobando y volviendo a comprobar lo que se recuerda perfectamente, puede convertirse en un serio defecto. Si algún lector observa alguna “metedura de pata” en lo que acabo de escribir, le agradecería que me lo haga saber. Siempre suele quedar algún “cabo suelto”. Es fácil que así sea entre otros motivos porque el lenguaje que usamos en la vida cotidiana, a menudo da lugar a malentendidos y a expresiones ambiguas. Por ello nada tiene de extraño que a menudo  las informaciones que nos llegan  ( a través de la televisión por ejemplo), tengan claros errores más o menos grandes, pero que pasan desapercibidos para muchas personas.

Rogelio Meléndez Tercero

                       

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