El control de las matanzas domiciliarias de cerdos se refuerza con 30 veterinarios autorizados para la campaña

Como años anteriores, desde la última semana del mes de octubre de 2023 y hasta el primer domingo de abril de 2024, se desarrolla la campaña de ‘Reconocimiento sanitario de cerdos para autoconsumo, de jabalíes abatidos en actividades cinegéticas para autoconsumo y sobre el control sanitario en origen de los animales silvestres abatidos en actividades cinegéticas que se comercializan para consumo humano’.

La matanza domiciliaria del cerdo es una práctica tradicional en el medio rural y tiene como finalidad abastecer de carne y productos cárnicos para consumo particular, estando prohibida su comercialización, cobrando también importancia el autoconsumo de la carne de jabalíes abatidos por el propio cazador.

Esta tradición, que hace décadas era un acontecimiento social de primer orden, ha ido perdiendo importancia por diversos motivos poco a poco. En concreto, en la pasada campaña 2022/2023 se reconocieron un total de 1.392 cerdos sacrificados en domicilios particulares en toda la provincia (un 83% en el área de León y un 17% en el área del Bierzo), un 28% menos que la campaña anterior.

No obstante, sigue siendo fundamental que dichos animales sean sometidos al pertinente control veterinario, pues si bien, es una parasitosis que en cerdo domestico la prevalencia de la enfermedad es muy baja, en animales silvestres como el jabalí el parasito está presente.

En este sentido cabe citar el reciente brote de Triquinosis (Trichinella bitrovi) que afectó a 18 miembros de un grupo de cazadores de la provincia por consumo de chorizo elaborado con carne procedente de jabalíes, siendo necesario el ingreso hospitalario de uno de los afectados.

El número de jabalíes abatidos que han sido reconocidos en la provincia ha sufrido un aumento en torno al 8% (de 718 jabalíes abatidos en la campaña del 21-22 a 783 en el 2022-2023).

El consumo de carne infectada por triquina, especialmente productos no cocinados como los embutidos, puede provocar graves problemas de salud con síntomas gastrointestinales los primeros días y posteriormente, a las ocho semanas, síntomas de fiebre, dolor muscular, edema de parpados y dependiendo del grado de infestación puede causar complicaciones peligrosas, incluso mortales.

Bienestar animal y seguridad alimentaria

Para el correcto desarrollo de la matanza del cerdo hay que tener en cuentas dos cuestiones de suma importancia: el bienestar animal y la seguridad alimentaria. Desde el punto de vista del bienestar animal, todo el proceso de manejo, aturdido y sacrificio del cerdo se debe realizar por una persona con la suficiente formación y destreza que evite cualquier sufrimiento innecesario. En este sentido, es preciso indicar que la normativa obliga al aturdido de todos los animales antes del sacrificio.

Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, es importante que el sacrificio, despiece y elaboración de productos cárnicos se realice en las mejores condiciones higiénicas posibles y que las carnes sean sometidas a un control veterinario. Con el fin de garantizar el consumo seguro de las carnes procedentes tanto de animales sacrificados en matanzas domiciliarias como de los jabalíes abatidos en cacerías para autoconsumo, por parte del Servicio Territorial de Sanidad de León se ha autorizado a 30 veterinarios colaboradores para el control y análisis de esos animales como complemento y refuerzo a los Servicios Veterinarios Oficiales de Salud Pública que también llevan a cabo estos controles. Los datos de estos profesionales sanitarios están a disposición de los ciudadanos en los centros de salud y en los ayuntamientos.

El control veterinario consiste en descartar la presencia del parasito Triquinella spp. en la carne mediante el método de digestión establecido en el Real Decreto 1086/2020 de 9 de diciembre; estos métodos utilizados en la actualidad son más sensibles en caso de infestaciones más leves y, además, son capaces de detectar la presencia de una especie de triquina (Trichinella pseudospiralis) que, por sus características, es difícilmente diagnosticable mediante los métodos de diagnóstico tradiciones y que está en circulación en la península ibérica. Para ello se debe tomar una muestra de musculo de al menos 150 gramos de carne, libre de grasas, preferentemente pilar del diafragma, musculo intercostal o maseteros, y llevarla al veterinario para que la examine y compruebe que el animal no está infestado del parasito; las muestras entregadas deben ir perfectamente identificadas. Asimismo, es conveniente que el veterinario examine la canal del animal sacrificado y sus vísceras para verificar la ausencia de otras patologías como cisticercosis, tuberculosis o hidatidosis. Una vez se tenga confirmación del veterinario que los resultados de las pruebas son conformes (ausencia de larvas de Triquinella spp.) se puede proceder a la elaboración de los productos cárnicos y al consumo de la carne.

Recordar a todos los ciudadanos que no podrán hacer ningún aprovechamiento de las carnes y despojos obtenidos del sacrificio o abatimiento de los cerdos y/o jabalíes hasta que no hayan recibido confirmación del resultado favorable (exento de larvas del género Trichinella).

La Junta recuerda que todos los productos obtenidos de matanzas domiciliarias deben ser para autoconsumo, estando prohibida su comercialización.

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