La Consejería de Sanidad anunciaba el pasado día 13 de octubre el comienzo de la campaña contra la gripe, recordando que es un grave problema de salud por la mortalidad y por las complicaciones y costes económicos y sociales que origina, y la eficacia de la vacuna como herramienta para prevenir esta enfermedad y sus complicaciones. En la práctica: siete días después, las vacunas están agotadas en el centro de salud de Bembibre.
A pesar de que la propia Consejería de Sanidad anunciaba que durante esta campaña habrá dosis suficientes para llegar a todas las personas que la necesiten, algunos centros de salud, como es el caso de Bembibre, tuvieron que interrumpir la vacunación por falta de dosis y pedir a los pacientes, que habían acudido al Centro de Salud con cita previa, que regresaran a sus casa.
Más allá de eso, los pacientes deben pedir una nueva cita, con el consiguiente enfado que recae siempre en quienes están en primera línea (es decir, personal sanitario y administrativo), aunque su función sea la de atender a los usuarios con los medios de que disponen, sin capacidad ni responsabilidad de gestión.
Éste no es el único problema que se ha dado en Bembibre. Y es que la campaña de vacunación se inició (el pasado 13 de octubre) sin dosis. A lo largo de ese mismo día fueron llegando las primeras vacunas, que no se habían recibido durante los días anteriores, como medida de previsión.
Una vacuna aconsejable
En Castilla y León la vacunación antigripal se recomienda a partir de los 60 años, y este año debido a la coincidencia temporal con la pandemia por COVID-19 se considera especialmente importante, como recuerda la Consejería de Sanidad, para reducir las complicaciones causadas por esta enfermedad y evitar la sobrecarga en el sistema sanitario.
Los grupos de riesgo sanitario que tienen recomendada la vacuna antigripal son los mayores de 60 años; las personas adultas y los niños mayores de seis meses que padezcan enfermedades crónicas -pulmonares, cardíacas, renales, hepáticas, oncológicas, neuromusculares graves, diabéticos, hipertensos, inmunodeprimidos, hemofilia y trastornos hemorrágicos crónicos, receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples, fístula de líquido cefalorraquídeo, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria crónica, etc.-; personas con discapacidad y/o déficit cognitivo -síndrome de Down, demencias, etc.-; pacientes crónicos de cualquier edad institucionalizados; niños y adolescentes, de entre seis meses y dieciocho años, que reciban tratamientos prolongados con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar el síndrome de Reye tras la gripe; personas con obesidad mórbida -índice de masa corporal superior a 40-; niños entre los seis meses y los dos años de edad, con antecedentes de prematuridad menor de 32 semanas; y gestantes, en cualquier momento del embarazo y mujeres durante el puerperio, si no se han vacunado durante el embarazo.