Una incursión en las cúpulas de dos totalitarismos, la Alemania nazi y la Unión Soviética, para extraer las contradicciones entre la identidad de cada jerarca y la ideología de su régimen.
Con el líder extraño que se va vislumbrando, el juego filosófico está servido: se modela geopolíticamente una pragmática figura que invierte su sentido como deslizamiento científico por el protagonismo político del individuo.