Quien siembra armas recoge dólares

Tomás Vega Moralejo

Vender armas es vender peligrosos vientos; pero quien siembra armas no recoge tempestades, como en el refrán, sino dinero… mucho dinero.

Se siembran armas y se riegan con miedo, y ya está el negocio millonario para esos poderosos sin escrúpulos.

En Estados Unidos se compra un arma con la facilidad que se compra en Europa una botella de ron, pero, al contrario de lo que se hace aquí que es desaconsejar su consumo, allí se fomenta su compra… así como quien no quiere la cosa, eso sí; no hace falta un anuncio de TV:

Se hace indirectamente, como hemos visto en la convención de la Asociación Nacional del Rifle, que no se han cortado un pelo en celebrarla con la matanza de Uvalde tan reciente y en el mismo Estado (a su favor, hay que precisar que hay tantas matanzas en Estados Unidos, que realmente tendrían difícil colocar su convención en una fecha libre de ellas). Lo que hace esta gente del reality western (es decir, de las películas del oeste en la realidad… de la ley del oeste en la actualidad), es proponer que para que no haya matanzas en los colegios hay que armar a los profesores.

Acabo de soltar las manos del teclado para llevármelas a la cabeza, pero ese disparate es su propuesta auténtica.

Es una solución excelente (para ellos), ya que así venden más armas. Además tiene visión de futuro, porque armando a los profesores igual ya alguno, en un calentón por aguantar a un adolescente, prepara una matanza él mismo… y así la siguiente propuesta será armar a los alumnos….

Todo dios con armas, porque todos tienen que temer a todos.

Lo explica Michael Moore en su documental “Bowling for Columbine”. Es la cultura del miedo la que alimenta la carrera armamentística particular de Estados Unidos.

Quien no tiene armas debe considerarse indefenso, amenazado.

El lenguaje bien usado da para formar frases, sobre lo que sea, que suenan lógicas; y así les oyes decir a los pistoleros que “prohibir armas porque hay asesinos es como prohibir coches porque hay conductores borrachos”. Y joer, es que suena tan bien que te olvidas de diferencias como que un coche es un medio de transporte, que es cosa que hace falta, y un arma es un medio de matar, que es lo que se trata de evitar….

La frase “Dios creó a los hombres, Colt los hizo iguales”, es otra de sus máximas. Un enclenque con un arma se iguala al fortachón con otra…

Sin embargo el acceso prácticamente libre a las armas, lo cierto es que crea una macabra desigualdad: la que hay entre quienes están dispuestos a usarlas, y los que simplemente quieren vivir pacíficamente.

Hace años en los pueblos no se “trancaban” las puertas de las casas, porque no hacía falta. Ha sido ir tomando conciencia de la posibilidad de que te roben y se ponen hasta alarmas.

Dejen acceso libre a las armas aquí en España y verán lo que pasa… el miedo será a que te maten, y entonces todos querremos tener un arma de fuego para defendernos.

Por suerte, no hemos llegado a eso. Aquí si a alguien se le cruza un cable, es poco probable que tenga un arma fácil y ágil a mano… y entretanto a lo mejor se le pasa y ya no pasa nada.

¿Por qué no se fijan en Europa y toman nota de cómo se hacen aquí las cosas, ya que aquí, afortunadamente, hay tasas de homicidios muy inferiores? Hay quien dice que es que en Estados Unidos están muy centrados (encerrados) en sí mismos, informativa y educacionalmente… que no se enteran del resto del mundo como no sea que les afecte a ellos.

Será eso cierto o no, pero la respuesta va aparte y está en la pasta. Los poderosos prefieren que Estados Unidos sea un spaguetti western para que, bien colocados en el negocio, sigan forrándose a cuenta de las armas.

Y tienen ya sembradas tantas armas, tanto miedo, y los poderosos recogen tantos dólares como cosecha… que no parece que vaya a cambiar nada.

Aquí, desde la distancia, tocará seguirnos estremeciendo a menudo con esas noticias que nos llegan de allí… y tratar de que no acaben por instaurarnos aquí también la sociedad del miedo.

Tomás Vega Moralejo

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