Tenía que pasar y ha pasado. La Cementera Cosmos ha registrado dos fugas por un fallo técnico derivado presuntamente de un corte eléctrico. Y ha ocurrido, afortunadamente, antes de que la Junta de Castilla y León se pronuncie sobre la quema de neumáticos por parte de la multinacional brasileña. Espero, al menos, que este accidente ayude a los políticos y a los bercianos a reflexionar sobre el serio peligro que supone tener una instalación así, situada en el centro de un vergel profusamente poblado y cuya seguridad pende de un hilo eléctrico.
Estos hechos, tras meses y meses de intensas campañas de la multinacional Cosmos para concienciarnos sobre la seguridad en la quema de neumáticos, nos generan una enorme zozobra. Los que no lo tenían claro pueden ahora ver el peligro al que estamos todos abocados y la amenaza que supone esta actividad que sólo aporta prosperidad a sus propietarios, estén donde estén.
El futuro del Bierzo no puede ser esto: quemar neumáticos. Demasiado simple y demasiado peligroso para una comarca que está buscando su modelo económico en la industria agroalimentaria.
Lo más juicioso es apostar por el crecimiento sostenible, por la agricultura de calidad y por el turismo responsable. No hace falta recordar que la viticultura forma parte de nuestra identidad desde hace siglos y que el vino es uno de los principales motores económicos de la Comarca junto a otros productos reconocidos. Todos debemos protegernos de aventuras cortoplacistas cuyas consecuencias son desconocidas y perdurarán años y años. Recuerdo aquello de “pan para ahora y hambre para mañana”, pero Cosmos no da ni siquiera pan hoy, ni lo dará mañana. Económicamente significa muy poco en el Bierzo y está para lo que está: generar beneficios a sus dueños, algo que podría ser loable si no fuera porque podría llevar a la ruina al sector agroalimentario que aporta muchos puestos de trabajo.
Me estoy imaginando a los dueños de la multinacional relajados en su tumbonas de madera tropical mientras la lluvia constante de millones les alegra el día. Y a la vez, a miles de kilómetros de allí, veo que en Toral de los Vados llueve “polvo de crudo”, “ceniza molida” o como quieran llamarlo, y veo que algunos insisten en que éste es el progreso que nos merecemos los bercianos. Y no cuela, y menos ahora que un simple fallo eléctrico ha puesto de relieve la inseguridad a la que nos quieren condenar.
Desde el Consejo Regulador de los Vinos del Bierzo insistimos de nuevo en que no se puede supeditar la industria agroalimentaria a los intereses de unos pocos. Y que por mucho que digan, contaminar no es progresar. Apoyamos la iniciativa de Bierzo Aire Limpio de llevar a la fiscalía este asunto y creemos que una investigación independiente sobre las causas de los accidentes es ahora mismo imprescindible.
Quisiera invitar desde esta tribuna a un ejercicio de reflexión responsable sobre cual debería ser la apuesta de futuro para esta tierra tan rica, cuál debería ser su modelo económico a medio y largo plazo y a qué estaríamos abocados por un mero afán industrial que es insostenible y dañino.
No permitamos que se destroce El Bierzo ni su futuro. Si nosotros no protegemos lo nuestro –y esta es nuestra responsabilidad- no lo harán los demás.
Misericordia Bello
Presidenta del CRDO Bierzo