Proyecto León defiende la fusión de municipios como una herramienta necesaria para que los ciudadanos reciban el máximo de servicios con el mínimo de gastos administrativos. Esto es debido a que la distribución de la población en León -y en España en general- ha sufrido cambios radicales en los últimos decenios. Los ciudadanos se han concentrado en las áreas metropolitanas -una o dos en la mayoría de las provincias- dejando entre ellas enormes espacios con ayuntamientos casi despoblados.
En consecuencia han aflorado dos disfunciones cada vez más evidentes: en los pueblos se mantiene una costosa estructura administrativa, que otrora resultaba lógica, basada en ayuntamientos sin apenas censo, por lo que carecen de capacidad inversora y de prestación de servicios; por su parte las áreas metropolitanas, formadas por varios municipios que antaño estaban separados físicamente, se han compactado configurándose un solo núcleo urbano, pero mantienen sin cambios las viejas estructuras administrativas.
Los signos más claros de esta situación en León los tenemos en que hay 143 municipios con menos de 1.000 habitantes de un total de 211 (el 68%), y una capital compuesta, al menos, por tres municipios que reúnen 182.000 habitantes gobernados por 3 alcaldes y 62 concejales, cuando en Burgos, de un tamaño similar, se hace lo mismo con un alcalde y 26 concejales.
Para que nos hagamos una idea de lo que esto supone podemos poner como ejemplo los ayuntamientos de 600 habitantes aproximadamente (Fresno de la Vega, Almanza, Toral de los Guzmanes, Destriana, Benuza …). Son entidades con un presupuesto anual en torno a medio millón de euros. Un 10% han de dedicarlo a pagar al secretario del Ayuntamiento y sus seguros sociales. Otros 400.000 euros se suelen ir en gasto corriente (salarios, cobros del alcalde y concejales, luz, calefacción, gastos financieros…). La capacidad de inversión queda reducida a unos 50.000 euros, a repartir normalmente entre varios pueblos. Por esta causa defendemos que el papel de las juntas vecinales debe ser fundamental para el sostenimiento de los servicios; potenciadas y bien gestionadas, son las administraciones más cercanas al ciudadano del mundo rural y las de funcionamiento más económico.
Proyecto León cree que la fusión permite reducir drásticamente las partidas dedicadas a políticos y burocracia, así como racionalizar las de personal y servicios al ser compartidas por más población. Proyecto León estima el ahorro de una fusión municipal en costes de administración en un rango que va del 10% al 30%, según ayuntamientos. Por esta razón la misma debe ser una prioridad en la reflotación de la economía de la Región Leonesa y de España en general.
Por contra, el Presidente del Gobierno se ha reunido con el de la Federación Española de Municipios y Provincias sobre éste particular, mostrando interés por paralizar cualquier avance en la reestructuración municipal, mientras que no hemos observado interés alguno por otras cuestiones de interés general como las ayudas a entidades financieras quebradas y liquidables, por preservar el carácter público del sistema nacional de salud, o por vigilar la limpieza de la selección del personal público. En este marco, el retraso de una reordenación de la administración pública local plagada de ineficiencias y sobrecostes, denota, a nuestro juicio, síntomas de una grave descomposición de la autoridad del Estado frente a intereses políticos particulares. Las administraciones locales presentan un malgasto identificado y evidente cuya corrección debiera ser inmediata.