Transcripción literal del comunicado de prensa del Grupo Municipal Socialista
Lo peor del comienzo del Campeonato de Liga de Tercera División no ha sido el resultado deportivo, sino comprobar hasta dónde está llegando el afán de Otero por finiquitar todo lo que da algo de vida a Bembibre. Nunca, ni en los peores tiempos del Campo de los Juncos, que fue un orgullo de la categoría, se pudo ver un abandono tan lamentable como el que nos tocó presenciar el domingo en el Estadio de La Devesa.
Aparte de que todo el campo era una calva, resultaba materialmente imposible jugar al fútbol por la dureza y la irregularidad del terreno y la altura de la poca hierba que había, ante la estupefacción de la afición de Salamanca que nos visitó, acostumbrada a ver nuestro campo como una alfombra.
La temporada anterior de fútbol finalizó en mayo de este año y solo se pudo disputar en La Devesa un partido en esta pretemporada, que fue contra la S.D. Ponferradina, el 19 de julio. Ya entonces observamos el deterioro que sufría el campo, al que no se le había hecho ningún mantenimiento preventivo para garantizar la calidad del césped una temporada más. Pero nunca nos imaginamos que el deterioro pudiera ir a peor.
Nos consta que el contrato de mantenimiento del campo vencía el 5 de agosto de este año. Y que, a fecha de hoy, no se ha formalizado el nuevo contrato con la empresa adjudicataria. Esta es una prueba más de la ineficacia y la vagancia de Otero, que no se preocupa por Bembibre, ni por sus instalaciones y actividades deportivas y culturales, que nos ponen en el mapa.
Por ahí anda diciendo que lo que no le perdona a la corporación anterior es que llenaran el municipio de infraestructuras de todo tipo que ahora tiene que mantener él, como si el dinero del ayuntamiento fuera suyo. No solo no es capaz de dotar a Bembibre de ninguna infraestructura más y aumentar el patrimonio de nuestra Villa, si no que es incapaz de mantener las actuales. Menos mal que le quedaron todas hechas.
Otero nos demuestra día tras día que su mentalidad no está a la altura de un municipio como Bembibre. Su desidia nos está llevando a cotas de abandono impensables hace no mucho tiempo. Hasta el final de la legislatura, es lo que nos toca sufrir.
