El ciclo Tiempo de Palabras, organizado por la concejalía de cultura y coordinado por el escritor Nicanor García Ordiz, recibió a Noemí Sabugal quien, tras un breve repaso por sus dos primeras y premiadas novelas -El asesinato de Sócrates” (Ed. Alianza, 2010) y “Al acecho” (Ed. Algaida, 2013)- enmarcadas dentro del denominado género de novela negra, se centró en su último libro, “Una chica sin suerte”, con el que ha recorrido la geografía nacional con notable éxito.
“Una chica sin suerte” es Willie Mae Thornton, más conocida como Big Mama Thornton. Una cantante de blues con una voz y una personalidad arrolladora. El libro se centra en la gira que hizo por distintas ciudades de Europa a mediados de los años 60 dentro del American Folk Blues Festival, con el que se pretendía acercar el blues y sus principales artistas al público europeo. En esta gira estuvo acompañada por músicos como John Lee Hooker, JB Lenoir y un jovencísimo Buddy Guy
Noemí realizó un arduo trabajo de documentación, para reflejar con la mayor fidelidad posible la personalidad de Big Mama Thornton. Una mujer tímida, con un aspecto poco glamuroso que vivió en una época muy difícil para los “afroamericanos”, en plena segregación racial, y que quizás por eso llevaba siempre un arma. Esa timidez la contrarrestaba con un carácter muy fuerte y “slavaje”… con poca autoestima en lo personal y muy alta en lo musical. Por eso Noemí comienza el libro con esta frase en boca de la protagonista: “Soy gorda. Y negra. Pero valgo más que todos vosotros, bastardos” .
Pero el libro es mucho más, como explicó la autora. Es un viaje por ciudades como Berlín, Bruselas, Amsterdam, Dublín, Londres, París y Barcelona, enmarcado dentro del contexto social y de los cambios que se originaron en los años 60 con movimientos como la contracultura y la irrupción de las drogas.
En “Una chica sin suerte” Big Mama Thornton habla siempre en primera persona:
Nunca nadie me enseñó nada. Nunca fui a la escuela de música ni nada parecido.
Tuve que quedarme en casa para cuidar de mi madre, que estaba enferma. Por eso me enseñé a mí misma a cantar y a tocar la armónica y la batería.
No sé leer música.
Si escucho un blues que me gusta, intento cantarlo a mi manera. Siempre es mejor hacer las cosas a tu manera.
Mi forma de cantar viene de la experiencia. De mi propia experiencia. De mis propios sentimientos.
No canto como nadie excepto como yo misma.