Acaba de ver la luz unanueva edición de La Curuja. Se trata del número 18 de la segunda época. Una revista originaria de Noceda del Bierzo, editada a través del Colectivo Cultural La Iguiada bajo la batuta de Manuel Cuenya, quien le dedica un artículo al empresario berciano José Luis Prada.
Precisamente, la portada de este número es un retrato con el que el artista Pepe Sánchez Carrelero homenajea al archiconocido Prada A Tope. Por su parte, Pepe Álvarez de Paz abre las páginas de La Curuja con un poema dedicado a su amigo el artista Cristóbal Gabarrón.
El habitual colaborador nocedense Javier Arias Nogaledo nos cuenta El viaje de Carmen, un artículo sobre una vecina de Noceda que viajó a los Estados Unidos para encontrarse con su hermano (uno de los muchos emigrantes bercianos a América). En esta misma línea de emigración, José Antonio González Rodríguez (otro de nuestros emigrantes) nos relata la historia de su padre como emigrante en Buenos Aires. El también nocedense Isidro Cabezas nos habla de la carrera religiosa del abad Isidro Arias, que cuenta con una calle en Noceda. El ya fallecido Miguel Ángel Rodríguez Álvarez, oriundo de Noceda, nos ha dejado un artículo sobre la interesante relación que tuviera San Isidoro de León con Noceda del Bierzo.
Como es época de carnavales, la nocedense María del Mar Álvarez Vega nos habla de los zarramacos.
El narrador, trotamundos y ex ingeniero de minas Daniel Higinio López Abella nos obsequia con un sobrecogedor relato minero titulado La muerte del picador.
La poeta y narradora bañezana Manuela Vidal Vallinas, en lenguaje lírico, nos adentra, en plena primavera, en el bello pueblo de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. Y la poeta, narradora y profesora cierra este número con un poema titulado Memorias de un río.