Exposición cerámica de Carles Morant en Colinas del Campo

La Sede Estable de Artesanía de Colinas del Campo presenta durante el fin de semana del 27 y 28 de agosto la exposición de cerámica “serie definitiva: UTIL” del ceramista berciano Carles Morant. Una oportunidad para ver los sorprendentes trabajos de este artista berciano.

Carles Morant

En mi taller compartido con mi compañera Elisa, desde 1993, en un pequeño y agradable pueblo de la comarca del Bierzo, en el margen con la comarca de Valdeorras, he estado experimentando con arcillas locales y cenizas de madera para confeccionar los esmaltes cerámicos y diferentes formas y finalidades utilitarias sin olvidar la belleza de todo lo cotidiano.

Nuestra -pequeña- producción de cerámica siempre a tenido como finalidad la utilitariedad sin olvidar la belleza de todo lo que nos rodea y lo hemos puesto en práctica en todo nuestro entorno vital: nuestra casa, que hemos estado rehabilitando nosotroas con la ayuda y el conocimiento de otras personas y de toda nuestra forma de vida. Siempre comento de manera ejemplar, que lo que vendemos son excedentes de la producción personal: realizados objetos, desde platos o vasos a lavamanos, con la intención de ser útil para nosotros mismos, sabiendo que puede ser útil para cualquier persona. Así hemos desarrollado platos para restaurantes o jarras para cervecerías especiales y personalizados para cada cliente-amigo. La relación artesano-cliente es siempre -o debería ser- de cooperación y colaboración que es uno de los rasgos más importantes de este sector (la eliminación, al fin y al cabo, de intermediarios).

Creo que esa idea de la belleza de lo cotidiano ha estado olvidado durante demasiado tiempo, debido a las características de esta sociedad de consumo, sobretodo en la fase “informacional” de la revolución industrial que aún padecemos. La cerámica es industria, artesanía, comercio y arte. Cada una de estos rasgos del mismo oficio tiene una historia propia. Historia larga en todos ellos. La cerámica a sido fundamental en las civilizaciones de cazadores-recolectores (la mal llamada edad de piedra o la edad del hierro), la revolución neolítica y en el desarrollo de culturas tan importantes como la egipcia, la antigua Grecia, el imperio romano y la primera revolución industrial; tanto en la vertiente de desarrollo humano (el descubrimiento del fuego y de la impermeabilidad de la arcilla, la invención de la rueda-torno de alfarero, etc.), como en el comercio (la civilización romana y sobretodo la griega, no hubiera sido posible sin el dominio de la producción de contenedores que se convirtieron a su vez, en objeto de comercio) y en el arte.

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