Es posible que la referencia concreta y específica al año 1883, del título de este corto artículo llame la atención. La explicación es simple. En ese año, el Sr. D. José María Soler (Ingeniero Jefe de Minas de la Provincia de León), publicó un curioso e interesante libro sobre la geología, la mineralogía y las minas de la provincia de León. No es muy extenso, pero tiene una enorme cantidad de datos, que si hay que analizar en detalle, requieren una cantidad de tiempo de la que ahora no dispongo. Me voy a centrar pues en los datos de este obra ( se halla digitalizada en Internet) que se refieren al Bierzo esencialmente y sin entrar muy a fondo. Sólo citaré las informaciones que en un primer “tanteo”, me han parecido más interesantes. Aunque hace bastantes años que conozco esta publicación, nunca la he mirado con detalle y por ello me sorprendió la gran cantidad de información de la misma.
GEOLOGíA GENERAL
En una primera parte se hace una descripción geológica (y geográfica) de la provincia de León incluyendo obviamente al Bierzo. Es en esta parte, donde a menudo cita a Casiano del Prado un destacado geólogo e ingeniero de minas español fallecido en 1866, que estuvo por lo que figura en este libro investigando la geología berciana. En 1883 sus enseñanzas tenían aun mucha importancia.
Los terrenos (terrenos digamos sueltos y no rocas compactas) que se encuentran en las zonas más bajas de la Hoya Berciana, se denominaban entonces “terreno diluviano”, referencia esta que denota cierta influencia de la Religión Cristiana (Diluvio). En el año 1952 y en el Mapa Geológico de Bembibre (escala 1 a 50 000) aún todavía aparece este concepto. Hoy le llamamos más bien el Terciario y Cuaternario y creo que con buen criterio, ya que no hay que mezclar creencias religiosas con el conocimiento científico. Este tipo de terreno es el que se halla por ejemplo en Almázcara y su entorno, Ponferrada, Cacabelos y en tantas zonas llanas del fondo de la Hoya.
Se habla del terreno carbonífero y sus fósiles (de vegetales). Distingue dos tipos de terreno carbonífero: el rico en el que hay cinco cuencas y el pobre en el que sólo hay una serie de “manchones”. El primero que produce hulla de primera calidad y excelente cok. El segundo es el carbón seco o “antracitoso”. Resulta curioso que al citar las zonas (poblaciones) donde hay este tipo de terrenos, las únicas localidades bercianas mencionadas son Fabero , Tremor, Matarrosa y “Nocedo”. Para nada se cita la zona de Torre del Bierzo-Bembibre (donde tantas capas de antracita hay) y además al hablar de estos terrenos apenas se hace alusión al Bierzo. Parece claro que el ingeniero y autor del libro, no conocía mucho la Cuenca Carbonífera del Bierzo, donde además el carbón es antracita, es decir carbón del “malo”, según el autor de la obra. No obstante en el apartado de minería si se alude a alguna población más de las ubicadas en terrenos con capas de carbón.
Si se cita al granito de Ponferrada y asimismo se alude a los terrenos, cuya edad de formación geológica, es más antigua que el período Carbonífero. Por ejemplo el “Siluriano”, hoy llamado Silúrico.
MINERíA
La verdad es que hay una enorme cantidad de referencias, a yacimientos de diversos minerales e incluso a minas o explotaciones más o menos grandes efectuadas sobre los mismos. Habría que hacer un análisis muy minucioso de todos, pero no tengo tiempo ahora para ello. Así se podría determinar lo acertado o no de ese viejo libro de 1883. A titulo de ejemplo o más bien ejemplos voy a señalar lo siguiente.
En un somero análisis parece que se consideran minerales de hierro lo que hoy día llamamos conglomerados ferruginosos que no se considera mineral de hierro, pero este es un punto que habría que analizar con calma. Se alude a la presencia de hierro en muchas localidades, pero en el estado actual de nuestros conocimientos geológicos, muchas de estas localidades habría que descartarlas por ser yacimientos no aprovechables económicamente, ni haberlo sido en el pasado. Las minas de hierro de La Chana y Paradasolana sin embargo se describen como minas que ya habían tenido entonces actividad. Entonces se consideraban como los criaderos más notables del Bierzo y se dice que en esos momentos estaban en explotación. Incluso se puntualiza que el quintal métrico ( 100 kilos) de mineral valía entonces a dos pesetas, tanto en Paradasolana como en La Chana. El hierro de la mina llamada “Descubierta” en Paradasolana iba destinado a la forja de Montes (San Pedro de Montes entiendo).
Es importante señalar que estas minas de Paradasolana, me parece que casi con total seguridad, no corresponden al “filón” o mas bien conjunto de capas que desde el Poblado de Onamio y Onamio llegan hasta la parte sur de Paradasolana y continúan en rumbo a Astorga, es decir las minas que durante la segunda mitad del pasado siglo XX, explotó la Mineros Siderúrgica de Ponferrada (MSP) a gran escala . Son las que conoce “todo el mundo”. Las minas de Paradasolana citadas en 1883, debían hallarse entre Paradasolana y el arroyo de Vendañuelo, esto es en la zona del Solano de la citada localidad. Estoy ahora precisamente recaban datos sobre este asunto. Estas minas del Solano aportaban cierta cantidad de hierro a un manantial o arroyo de agua denominado en este libro de 1883, “La Fuente de la Salud”. Se consideraba que eran aguas que curaban ciertas enfermedades. Tanto a las minas de La Chana como a las de Paradasolana se les daba en esa época (año 1883 recordemos) mucha importancia. Se puntualiza que la mina de Paradasolana se situaba a una distancia de 11 kilómetros de la estación de ferrocarril de Bembibre.
Asimismo se cita la presencia de otros yacimientos de minerales de hierro aunque en 1883 apenas se explotaban. Se dice que la “forja de Pombriego” aprovecha mineral de hierro de esa localidad. Parece que en los años finales del siglo XIX, había localizados o al menos indicios de muchos yacimientos de hierro potencialmente útiles en El Bierzo.
Pero no sólo se alude a minerales de hierro. Se cita la presencia de un filón de blenda y galena en Bárcena, que pone al descubierto el río Sil. Este filón está según este libro a 5 km de Ponferrada. La verdad es que la presencia de blenda y galena en esa zona me resulta un poco extraña No obstante se dice que está en buenas condiciones para su explotación. La presencia de blenda y galena (es decir minerales de cinc y plomo) se citan incluso en Noceda (a 46 km de Ponferrada). Tambien se cita una mina llamada “Veremos” en Valdefrancos en la que aparece galena. Este yacimiento de Valdefrancos ha sido objeto de recientes estudios (aparecen en Internet) realizados por Andrés López. En término de Sobrado estaba en actividad la mina de plomo llamada “Instrucción Primaria”.
Hay alusiones bastante extensas a las minas de oro ya explotadas por los romanos y se hace de modo que al contrario que en nuestros días, se sugiere que son rentables económicamente. Habría que mirar con calma, todo lo que se señala sobre las que denomina minas de oro repartidas por varios puntos de la geografía berciana.
Respecto al carbón y por lo que al Bierzo concierne se cita a la mina “El Porvenir” en Tremor de Arriba. Hasta las últimas décadas del siglo XX existió en la zona de Tremor de Arriba el llamado Grupo Minero “EL Porvenir”. Asimismo se cita la mina “Estrella” (en término de San Vicente) a sólo dos km de la estación de ferrocarril de La Granja . También la mina “Luisa” en término de Otero de Naraguantes.
Por lo que respecta a rocas ornamentales, aparece el mármol de Cuevas del Sil indicando que las escaleras del Palacio Real de Madrid están construidas con mármol de esta localidad. También se hace referencia al mármol en otros puntos del Bierzo (Toral de los Vados). En Congosto y Pradilla había canteras de pizarra. El metro cuadrado de pizarra oscilaba entre 0,5 y 0,75 céntimos.
Por último se señala, que por lo que al Bierzo atañe, los productos metalúrgicos se reducen a las forjas a la catalán de Montes, Pombriego, Compludo y Llamas. Además en este libro se hacen una serie de reflexiones para mejorar la minería o mejor dicho la industria minera de la provincia. Finaliza el libro con una extensa relación de minerales, rocas, fósiles, antigüedades, productos metalúrgicos, cerámica y aguas minerales; que se remitieron por la Jefatura de Minas de León a la Exposición de Minería de Madrid , que debió tener lugar por aquellas fechas. Hay que mirar con calma esa relación, como el resto del libro, insisto, para tener una idea más ajustada del conocimiento geológico y minero de la provincia de León a nivel oficial y por personal cualificado en aquellos años 80 del pasado siglo XIX.
Rogelio Meléndez Tercero