A CIENCIA CIERTA / Midiendo el paso del tiempo en San Feliz de las Lavanderas

A menudo situaciones o hechos intrascendentes, dan pie para redactar artículos de divulgación científica (elemental eso si) como este. En la pequeñísima localidad de San Feliz de las Lavaderas, (en la Cepeda) uno de sus vecinos llamado Nicanor Blanco Omaña, tuvo la ocurrencia de intentar esculpir en una roca de considerables dimensiones un reloj de sol. Nicanor es hoy un jubilado (tengo entendido) y durante su vida laboral fue un simple minero y un simple taxista en León y Madrid. Hoy pasa el tiempo dedicándose entre otras labores a  pensar y a aprender. Tiene inquietudes intelectuales, (ha escrito un libro que viene a ser una especie de autobiografía) y quizá por ello consideró una buena idea la colocación de un reloj de sol en su pueblo. Eligió un descampado que hay  en el extremo SE del casco urbano, donde a primera vista es evidente que a lo largo del año se puede tomar el sol en cualquier época.

Esta circunstancia, para muchos sería condición suficiente para colocar allí un reloj de sol sin preocuparse de más. Son muchos los que colocan relojes de sol como si fuesen cuadros que se instalan en cualquier pared, sin importar para nada ni la situación, ni la orientación de esta, ni por supuesto el diseño del reloj. Los hay incluso que ni siquiera se fijan si en el punto donde se ubica el reloj habrá muchas o pocas horas de sol. Incluso quien los orienta en sentido justamente contrario a lo correcto.

Nicanor sin embargo y debido a su afán por aprender, dedujo correctamente que era preciso un asesoramiento previo, antes de lanzarse sin mas a construir y colocar un reloj de sol en su pueblo. Habló con Luciano Llaneza (“Chano” para los amigos) y éste habló conmigo. “Chano” debe saber desde hace muchos años, que un reloj de sol sólo puede funcionar bien, si está bien construido y además bien orientado. Pero claro para saber si está bien orientado es absolutamente necesario saber la orientación de la superficies sobre la que se ha de colocar. En una primera aproximación se trata de una superficie vertical y orientada en sentido Este-Oeste ,…pero aproximadamente. Aquí está el problema. Nicanor creyó hallar la dirección Este-Oeste con rigor suficiente gracias a una brújula;…pero “por si las moscas” solicitó asesoramiento. En consecuencia el día 12 de enero d 2021, se procedió a realizar un pequeño (pero suficiente) trabajo topográfico en el entorno de la roca donde se esculpirá el reloj. La finalidad era averiguar si el plano donde se esculpirá el reloj es vertical y sobre todo si está orientado rigurosamente ( con aproximación suficiente) en dirección Este-Oeste.

Se realizaron diversa medidas, (con cinta métrica y aparatos topográficos) sobre el terreno y se realizaron análisis sobre ortofotos tanto del SIGPAC como del “Google Maps”. No viene al caso detallar todas las operaciones topográficas y su desarrollo matemático porque sería un “tostón” insoportable para la mayoría (o todos quizá) los lectores; pero algo habrá que explicar en lenguaje digamos coloquial.

En un primer tanteo y utilizando esencialmente métodos gráficos (análisis de ortofotos SIGPAC y “Google Maps”) se llegó a la conclusión de que la roca no estaba orientada en dirección Este-Oeste si no girada o desviada 12 grados centesimales . Estaba girada en sentido horario es decir el de giro de las agujas de un reloj. Es como si el Norte estuviese desviado hacia el Este. Pero los cálculos físico-matemáticos, hay que por norma general revisarlos y re- comprobarlos. Esto es lo que justamente ahora se está haciendo.

Se dedujo la orientación de una pared de 58,5 metros que figura en ortofotos, se calculó su azimut, se dedujo asimismo el azimut de una visual trazada en el terreno (con un teodolito) tomado como referencia la pared y por fin el dato que interesaba , el azimut  de la superficie de la roca en la que se esculpirá el reloj.

Ello precisa la realización de una serie de operaciones y cálculos un tanto complejo en los que es muy fácil meter la pata. Tras los cálculos de rigor resultó que la desviación es de exactamente 13,28 grados centesimales. Este dato y por simple precaución habrá que volver a recalcularlo, aunque parece muy correcto. Como la roca es de dimensiones considerables ya no se piensa moverla, lo que implica que el diseño del reloj de sol será más complicado de lo que en principio se pensó. Si la roca hubiese estado orientada en dirección (azimut) Este-Oeste rigurosamente las cosas serían más sencillas,…pero.

A raíz de esto la pregunta obligada es  la siguiente: ¿porque utilizando una brújula hubo esa desviación indeseada de más de 13 grados? . Además en base a todos los datos que yo conozco el Norte Magnético está desviado hacia el Oeste y no hacia el Este. ¿Cómo es posible tamaño error?. Pues no lo se, pero en un excelente libro que tengo sobre relojes de sol y su construcción ya he visto que se desaconseja claramente recurrir a las brújulas por su escasa precisión en este menester. El autor de este libro es el Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, D. Rafael Soler Gayá. Por lo que conozco, uno de los que más saben de relojes de sol quizá a nivel mundial. Esta circunstancia me ha  servido de excusa para revisar algunos de mis viejos apuntes, libros e incluso mediciones (de hace décadas), que contienen datos sobre la no coincidencia entre el Norte Magnético y el Norte Geográfico. Pero no voy a entrar en detalles.

Ahora lo que toca (en ello estoy) es diseñar o mejor dicho rediseñar de nuevo el cuadrante solar, sabiendo ya que la superficie en la que se colocará no está orientada en dirección Este-Oeste. Si todo sale bien y si todo se hace de modo correcto, este reloj de sol señalará en todo caso la hora solar verdadera, que no coincide con la hora oficial. Es lo que ocurre en cualquier reloj de sol convencional. Hay no obstante algunas excepciones. Esta divergencia entre ambas horas (otro problema añadido más) es diferente en cada fecha del año. Eso de añadir una hora o dos como mucha gente piensa , no es suficiente, hay más “gatos encerrados”. Pese a todo algunos de los relojes de sol convencionales  que se construyen (y en concreto algunos de los construidos por un grupo de veteranos mineros del carbón del Bierzo); llevan insertado un gráfico o tabla conversora a partir de la cual es muy fácil ( o al menos eso me parece) deducir la hora oficial a partir de la hora solar.  Para su diseño se requieren unos ciertos conocimientos de astronomía y sobre todo mucha concentración. Cualquier mínimo despiste puede ser fatal. Por otra parte hoy en día, hay alguna aplicación para móviles (“solar Info”), que indica al unísono  la hora solar verdadera y la hora oficial.

En nuestro caso y como queremos hacer las cosas “como Dios manda”; estamos decididos a comprobar que una vez realizado este reloj de sol convencional funciona correctamente y esa moderna aplicación del móvil puede ser muy interesante y sobre todo muy cómoda de utilizar. Además estamos incluso considerando la posibilidad de insertar ese gráfico precitado, para que cualquiera que haga un  mínimo esfuerzo intelectual, pueda comprobar que una vez esculpido en la roca este reloj funciona correctamente. Así el funcionamiento de este reloj, se podría comprobar por partida doble.

No obstante somos conscientes de que estos asuntos y estos detalles pasan en general completamente inadvertidos. No parece que haya muchas personas que se tomen la molestia de comprobar si ese gráfico  e incluso si ese reloj de sol están bien construidos. Pero lo que si es cierto es que ese simple afán de construir un reloj de sol convencional en San Feliz de las Lavanderas, da amplio margen para hablar sobre matemáticas, topografía, astronomía y otros varios asuntos. Así es la vida.

Rogelio Meléndez Tercero

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