A CIENCIA CIERTA / Hablando ¿se entiende la gente?

La Ciencia se ocupa del conocimiento racional de nuestro Mundo y esta idea abarca todos los campos;…incluso el de la política. Me da la impresión de que entre los políticos hay pocos que son a la vez científicos, quizá el caso del Ministro Pedro Duque es una excepción. En general me parece que los políticos tienen conocimientos de derecho y áreas similares. Por lo que respecta a áreas del conocimiento vinculadas a las matemáticas, la química y otras áreas técnicas me da la impresión que no son muchos; aunque no tengo datos.

Quizá la falta de entendimiento entre los políticos y entre las personas en general estriba en que el lenguaje que usamos en la vida cotidiana por muy “alto y claro” que hablemos es siempre ambiguo. La expresión “alto y claro” por ejemplo es ambigua, porque hablar alto es un término ambiguo, que no lo sería tanto si se señalase la medida matemática del ruido. El ruido se mide en decibelios. Habría que definir cual es la cuantía de los decibelios para considerar que una persona habla alto. Con la expresión de claro ocurre lo mismo. Una misma frase escuchada por diferentes personas se interpreta después de maneras diferentes.

Creo recordar que hace muchos años en un pleno de la Diputación de León, el entonces presidente Agustín Turiel, empleó la expresión “niño pijo”, en alusión a un diputado, que lógicamente se sintió ofendido y solicitó que esa expresión se retirase. Pero Turiel alegó que no se refería al individuo concreto; si no a la actitud de ese individuo. ¿Qué diferencia hay entre ambos conceptos?. Para algunos ninguna, para el Sr. Turiel ( y otros mas sin duda), si la hay.

Si revisamos los textos legales de toda índole observamos que en los mismos prácticamente lo único que es indiscutible y no está sujeto a interpretaciones, es…¡¡el número de los artículos y capítulos¡¡ y poco mas. Por ello invocando un mismo texto legal se puede pedir la condena o la libertad de una persona.

En la vida cotidiana hablamos de cerca, lejos, alto, bajo, grande, pequeño,…. En definitiva, en términos cualitativos. Si hablásemos siempre con expresiones numéricas se reduciría considerablemente el margen de indeterminación. No es lo mismo decir estoy cerca que indicar, estoy a 30 metros, ni uno más ni uno menos. No es lo mismo decir que una finca es grande que decir que tiene 5 hectáreas por ejemplo. Aún en este caso hay matices. 5 hectáreas en unos casos se pude considerar una extensión grande y en otras (un monte por ejemplo) ya no tan grande o incluso pequeña.

Yo no se hasta que punto resulta práctico y posible reducir el lenguaje a una sucesión de números. Creo haber leído hace años que los ordenadores tienen su propio lenguaje, porque los lenguajes que habitualmente usamos los humanos son siempre ambiguos o indeterminados. Hay que tener en cuenta además, que la realidad total y exacta del Mundo nunca la conocemos ya que al analizar, medir, pesar, contar lo que hacemos es aproximarnos cada vez más al conocimiento real, pero sólo eso aproximarnos cada vez mas.

Muchas veces sucede que esas aproximaciones son suficientes; pero en este caso no siempre es fácil discernir cuando son suficientes y aceptables y cuando no lo son. Por otra parte incluso los números son a veces indeterminados. El célebre número Pi, que sirve para calcular la longitud exacta de una circunferencia, puede ser uno de ellos. Normalmente decimos que es igual 3,1416; pero tiene muchos más decimales,….por tanto aunque en la mayoría de los casos esta expresión es válida; siempre puede haber excepciones .Así pues si además de hablar no hay voluntad y deseo de entendimiento y suerte eso de que hablando se entiende la gente será una realidad a medias.

Rogelio Meléndez Tercero

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