El otoño llegó

Un año más y como si fuese un ritual en estos días ya finales del mes de septiembre comienza el otoño. Es una buena excusa para explicar en que consiste exactamente. Los abundantes medios de información actuales nos dicen que en este año el otoño comienza exactamente cuando nuestros relojes señalen justamente las 16 h. 21 minutos del jueves 22 de septiembre.

Las enciclopedias de los años 60 de las escuelas de nuestros pueblos también apuntan a esta fecha u otra muy próxima y nuestros padres y abuelos, sobre todo aquellos que no tuvieron la suerte de ir mucho a la escuela; quizá digan que el otoño entra el 21 de septiembre, la primavera el 21 de marzo, el invierno el 21 de diciembre y el verano el 21 de junio. A efectos prácticos y de cara por ejemplo a las faenas agrícolas podemos señalar que esos cuatro días (todos 21); son correctas; pero cabría añadir a continuación que se pueda matizar mucho mas esa cuestión. Añado como anécdota que mi padre y como buen labrador de toda la vida, siempre se aferra a eso de los cuatro días que son fecha 21 y con tal tesón que cuando yo le intento rebatir diciendo que eso de la fecha exacta, no es tan exacta; me suele contestar que ahora estudiamos tanto que vamos a poner poco menos que “patas arriba” el mundo. Lógicamente no se trata volver el mundo de al revés; si no de matizar, puntualizar o mejor aún ajustar nuestros conocimientos a la realidad.

Los aficionados al estudio racional de los cielos manejamos con mucha frecuencia los anuarios que publican los observatorios astronómicos. Yo en concreto el del Madrid (Observatorio Astronómico Nacional) y en el mismo se facilitan cifras concretas sobre la entrada de las estaciones. Es mas yo supongo que en cualquier observatorio astronómico del mundo se nos podrá indicar la hora, minuto y segundo exacto en el que este año se produce la entrada del otoño. No obstante antes de continuar quizá sea conveniente dar una definición de lo que es la entrada del otoño. Yo lo expresaría así: Es el INSTANTE en el que los rayos del Sol inciden sobre el plano del Ecuador con un ángulo de exactamente 0º, es decir cuando el centro del disco solar se sitúa exactamente en el plano del Ecuador terrestre. Técnicamente se dice que la declinación es de 0º.Esta definición coincide con la de la primavera, con la salvedad de que en la entrada del otoño, la declinación solar pasa de positiva a negativa y en la primavera a la inversa. El instante precitado en septiembre del año en curso ocurrió a las 16 h y 21 minutos del día ya indicado; pero en otros años no tiene porque ser así; aunque en largos períodos de tiempo (semejantes a la duración media de la vida humana) las fechas varían tan poco que a efectos prácticos eso de los cuatro días 21 que dice mi padre puede ser considerado correcto.

Ahora vamos a la cuestión de porqué año tras año se producen esas ligeras variaciones. Hay alguna razón muy evidente. Este año, por ejemplo, es bisiesto y si no lo fuese el 22 de septiembre sería el 21. En realidad y como es bien conocido lo que ocurre año tras año es que el año oficial (365 días completos y exactos), se termina casi 6 horas antes de lo debido y esas casi 24 horas las tratamos de compensar con la introducción de un día (29 de febrero) cada cuatro años (año bisiesto). Este mecanismo de quita y pon explica porque la entrada de las estaciones no pueden entrar año tras año en el mismo instante. Además existen otros factores entre ellos el movimiento de precesión de La Tierra, que hacen que en el transcurso de varios siglos haya una clara tendencia al adelanto de la fecha de las estaciones. La primavera por ejemplo durante el presente siglo XXI entrará en algún año el día 19 de marzo.

El hecho de que la posición de La Tierra respecto a la trayectoria de los rayos solares sea tal que la traza de estos sea paralela al plano del Ecuador, supone que la línea que separa la noche del día; coincide con la de los meridianos. Esto se vería perfectamente desde el espacio.

A nivel del suelo la trayectoria de los rayos solares respecto al Ecuador también se nota. En invierno y primavera la traza de las sombras a lo largo del día son cóncavas respecto al Norte y en verano y otoño convexas. El día en el que entra el otoño o la primavera, ni lo uno ni lo otro es decir las sombras dibujan prácticamente una línea recta y orientada de Este a Oeste. No es una línea rigurosamente recta porque la posición de 0º (declinación);no se mantiene durante un día, aunque la divergencia es tan escasa que a simple vista la traza de las sombras parece recta.

Esto es lo que se refleja nítidamente en por ejemplo el Parque Solar Didáctico de Bembibre. Ver figura adjunta. Aunque la gente habla coloquialmente de un reloj de sol gigante, no es sólo eso si no que refleja las fechas, por ejemplo y la entrada de las estaciones. Asimismo refleja otras muchas cuestiones que en definitiva sirven para que quien lo contemple con ánimo de ejercitar la mente y aprender lo pueda hacer. Por eso yo prefiero hablar de parque solar didáctico.

Rogelio Meléndez Tercero

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