Destrozos de varias persianas, ventanas rotas, el gimnasio lleno de cristales y varias pintadas. Es el resultado del último botellón en el Colegio Menéndez Pidal donde el pasado fin de semana un grupo de jóvenes posiblemente menores de edad se lo pasaron en grande, eso sí, a su modo de entender la diversión. El director del Colegio Menéndez Pidal, José Luis Álvarez, relató los hechos pidiendo una mayor presencia policial, aunque reconoce que tanto la Guardia Civil como la Policía Municipal patrullan por la zona pero los jóvenes “siempre aprovechan la hora que no están”.
En cualquier caso, “esta vez se han pasado”, dijo, con un balance de 33 cristales rotos y otros desperfectos, relación que están preparando para enviarla al Ayuntamiento, dijo, para que lo reponga.
No hubo ningún testigo, reconoció el director del Colegio, pero parece que los responsables del centro y los vecinos deben saber muy bien de quien se trata: “el tema es que son menores, de 14 años, son críos”, lamentó. Una situación que, de confirmarse, pone sobre la mesa una problemática y preocupación más a tener en cuenta, que además de la ingesta de alcohol sin control estos menores lleven a cabo actos de auténtico vandalismo callejero.
La dirección presentó la correspondiente denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil de Bembibre.