Sergio Fernández llegó a Bembibre, y causó furor entre numerosas personas que no quisieron perder la oportunidad de fotografiarse con él o simplemente compartir unas palabras con el mantenedor del XIL Festival Nacional de Exaltación del Botillo. Siguiendo el guión, a la tarde fue recibido en el Ayuntamiento por la Corporación municipal y otras autoridades. El mantenedor destacó la importancia del embutido ya no sólo desde un punto de vista gastronómico, sino cultural que hay que preservar.
Y en este sentido Sergio Fernández elogió a una población formada por “personas entusiastas en mantener lo suyo”. El embutido ‘Rey’. “Cuando un producto es mimado, cuidado, se respeta una tradición y se proyecta a todo el mundo con ese cariño y amor que se le tiene lo mínimo que uno puede hacer es salir a primera hora de Madrid y venir lo antes posible para disfrutar de ello”, declaró Sergio Fernández en el Ayuntamiento.
Además, añadió que “la única fórmula que tenemos para conseguir salir de la crisis es con el afán de transmitir energía positiva”. Y no dudó en animar “a que sigáis, con esa gratitud y generosidad”.
El presentador del espacio “Saber Cocinar” –en el programa “Las mañanas de la 1”- confesó en Bembibre que en El Bierzo “hay expertos auténticos” en la cocción del botillo. “Me quito el sombrero”, aseguró, “hay que poner humildad y sencillez, confiar y aprender de quienes conviven a diario con ese producto y ayudar en todo lo posible”.
Por último, aseguró que el botillo tendrá un hueco en su programa de Televisión Española, porque es “la misión de la televisión pública: poner un granito de arena para que todo el mundo pueda conocerlo”. Es más, también dijo que no sólo será en TVE sino que se podrá ver en el Canal Internacional que llegará a 18 millones de hogares que “sabrán lo que es el botillo y dónde está Bembibre”.
Sergio Fernández se desplazó luego a la Feria Agroalimentaria donde mostró su faceta más cercana al público en general, al que no dudó en saludar, conversar o firmar autógrafos, incluso ante el abordaje de más de una persona que, literalmente, se echó a sus brazos para conseguir un beso del mantenedor.