Como emergida de las tinieblas, y quizá guiada tanto por la imaginación como por el pensamiento, inicias tu “Indestructible” con la oscuridad del aullido del mundo… y Una muerte joven estrena vestido, lo que nos remite a una atmósfera gótica, que se cierra, de un modo casi circular, con la muerte es una lluvia silenciosa, incesante y necesaria. Pero todo era, es, y será siempre fuego, donde arderemos, quizá aquellos que aún necesitamos quemarnos en el fuego sagrado de las ilusiones, para resurgir de las cenizas heridas, y luego emprender un vuelo de éxtasis, más allá incluso de nuestro propio olvido. Más allá, siempre, del horizonte circular, en el que mecemos nuestro cuerpo en una danza tribal y sabrosa, enroscados al fin a nuestros sueños.
Con tus versos logras, Ester, adentrarnos en un universo poblado por toda una suerte de animalitos, algunos “que huyen y gritan” (arañas, ratas, golondrinas visionarias, hormigas abrasadas, cuervos, buitres, murciélagos, caracoles -el país de los caracoles, acaso como Alicia en el país de las desdichas-, lobos entre los girasoles, corzos, cucarachas bajo los azulejos desconchados, peces musicales, corceles azules, vacas enamoradas, alguna lagartija de jade y aun alguna loba solitaria)… pequeños o grandes dioses y diosas, con los que logramos religarnos a pesar de ser unos descreídos, porque la tristeza, la enfermedad y la muerte impregnan todo tu libro, como la vida misma, “¿cómo impedir que la muerte venga…?”, te preguntas, mas esto no es obstáculo para que, a través de tus palabras, cuya luz enciende el mundo, cabalguemos “hacia el sueño y nuestra desnuda inocencia”, que acaso nos permita ver el mundo con una mirada de
asombro, una mirada lírica hacia “las estrellas que abrazan el infinito” o un “sur de golondrinas y desiertos”.
Sí, Ester, como “hijos de la luz y de la rabia”, seguiremos habitando lo indestructible, mientras amasamos el pan con nuestras palabras.
El rojo sagrado y el azul intemporal como colores que tal vez nos ayuden, al menos nos inviten, a “¿cómo sembrar ternura?”. La amistad y la ternura.
“Lo que borda la ternura sobre los valles del Bierzo”, que escribió el maestro Juan Carlos Mestre.
El equipo cadete del Atlético Bembibre celebra el ascenso de categoría, después de proclamarse campeón…
Los karatecas del Bembibre Kárate Club Bela Rubio y Mikaela Delgado han conseguido medalla de…
¿Te quedaste sin dinero para pagar las facturas? Los minicréditos rápidos se han convertido en…
El área de Juventud de la Diputación de León lanza una oferta de 370 plazas…
Después de que la anterior asamblea de socios resultara frustrada al no poder presentar el…
Hace dos semanas Bembibre conoció la noticia de su clasificación para participar en el Grand…