Cuando en septiembre de 2010 la Marcha Negra entró en León, los mineros volvieron para casa. Aunque la intención era llegar a Madrid la situación se solucionó y el Gobierno dispuso los pagos atrasados adeudados a las empresas que provocaban los continuos impagos. Las últimas etapas prácticamente fueron simbólicas. Esta vez no.
Y León salió a la calle a arropar a los mineros que siguen su camino hacia la capital de España donde van a trasladar nuevamente todas las protestas el día 11 de julio, sin visos tan siquiera de que el Gobierno dé marcha atrás en su política. Por eso, la entrada en Madrid se espera que cuente con muchos miles de bercianos que se desplacen hasta la capital española para recibir a la tercera Marcha Negra.
Por el momento se siguen encontrando con el calor de los vecinos de las diferentes poblaciones por las que pasan, aunque el temor, indudablemente, es qué pasará a partir de ahora una vez abandonen tierras leonesas, donde la causa minera podría provocar una mayor indiferencia a los ciudadanos. En cualquier caso, el optimismo sigue muy alto por esta hazaña que ha emprendido este grupo de mineros que sigue su camino con la firme intención de sensibilizar a los españoles y a la clase política.
En León el recibimiento fue como se esperaba: como héroes.
Los mineros ya han partido esta misma mañana, pasadas las 7 de la madrugada, en la nueva etapa hacia Villamañán (en lugar de Villalobar como estaba previsto) con presencia de 60 de los integrantes de la Primera Marcha Negra que los fue a despedir cachas en alto acompañándoles posteriormente hasta el final de esta etapa.
