La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) acudirá a los tribunales para denunciar a la Junta de Castilla y León por la protección de la conocida como Pirámide de los Italianos, el monumento fascista de la provincia de Burgos que ensalza a los soldados enviados por Mussolini a España para «asesinar demócratas españoles y ayudar al triunfo de un golpe de Estado».
Según la ARMH, el Gobierno de la Junta quiere convertir Castilla y León en un vertedero de monumentos fascistas que pretende proteger como bienes de interés cultural y cuyo único interés es seguir celebrando la victoria de los ejérciotos de Franco, Hitler y Mussolini «que se unieron para el aplastamiento de una democracia y el asesinato de miles y miles de civiles que trataron de defender la democracia para que se siguieran celebrando elecciones».
Explica Emilio Silva, presidente de la ARMH, que “se trata de una prevaricación del libro porque los responsables de la Junta saben que no pueden enaltecer a unos soldados que vinieron a asesinar ciudadanos y compatriotas y cuya principal misión en territorio español fue ayudar a instaurar un régimen fascista en España que había sido rechazado en las elecciones del 16 de febrero de 1936”. Y añade: “Se trata de una incitación al odio porque desde el Gobierno de la Junta se quiere conservar un momente creado para celebrar el triunfo de unos asesinos y lo lamentable es que la justicia no actúe de oficio como haría si se tratara de un monumento a un grupo terrorista pero las víctimas del franquismo siguen siendo tratadas como si sufrieran menos o fuera inferiores en derechos”.
La Pirámide de los Italianos, continúa, «es un monumento de poco interés artístico cuyo significado es aplastante sobre su diseño y que simplemente ha servido para enaltecer la violencia fascista utilizada en España para incumplir el mandato de unas elecciones generales y constituir una dictadura fascista que asesinó a miles de personas, mandó al exilio a medio millón, encarceló y detuvo ilegalmente en campos de concentración franquistas a otro medio millón y convirtió a las mujeres durante cuarenta años en seres menores de edad, desde que nacían hasta que murieron».
Por último, señala que los trucos y trampas utilizados por la Junta de Castilla y León para tratar de proteger una pirámide que enaltece el fascismo y por lo tanto atenta contra los mínimos valores democráticos no pueden servir para justificar y otorgar honores a quienes entraron en suelo español para asesinar a aquellas personas que habían decidido tener un Gobierno elegido democráticamente. “Llamar interés cultural a unas piedras que celebran los asesinatos cometidos por un grupo de soldados fascistas italianos atenta contra la esencia de la democracia”, concluye Silva.