Philip Glass
No recuerdo exactamente cómo descubrí la música de Philip Glass, quizá fuera en el programa de Ramón Trecet, Diálogos 3, o bien en Rosa de Sanatorio, del amigo José Luis Moreno-Ruiz, a quien gustaba poner, sobre todo el Glassworks, en su legendario e instructivo programa nocturno de Radio 3, allá por los 80. Qué lujazo.
El asunto es que Glass me llegó vía radiofónica. Es lo que tiene la radio. La primera vez que escuché su música, me pareció como de otro universo. Su minimalismo me caló hondo, y aún sigo enganchado a sus sonidos.
Pasado algún tiempo, después de este hipnótico descubrimiento musical, tuve la ocasión de escuchar a su Ensemble en la ciudad de Toledo. Esto debió ser a comienzos del 91, pero aquel día no estaba Glass al frente de su banda. Posteriormente, tuve la oportunidad de ver al propio Glass, solito y compuesto, tocando el piano, en el Emperador de León.
He seguido más o menos su trayectoria, y he podido escuchar gran parte de sus obras, casi todas extraordinarias, o eso me parecen, comenzando con su ópera Einstein on the beach (que conservo como oro en paño en cassette) y continuando conGlassworks, The Photographer y sus bandas sonoras comoMishima, Kundun, El Show de Truman, Las horas o Cassandra’s dream (esta última dirigida por mi admirado Woody Allen).
Mientras escribo esto, tengo de fondo la banda sonora deKoyaanisqatsi, que además de un documental imprescindible sobre la contraposición del mundo consumista moderno al mundo natural, realizado por Godfrey Reggio y producido por Coppola, es magnífico en lo musical.
De origen origen judío, y convertido al budismo (tuvo la fortuna de trabajar con Ravi Shankar), este compositor y músico estadounidense, formado en la Juilliard Schol de Nueva York y en el Conservatorio americano de Fontainebleau, con Nadia Boulanger, es uno de los grandes del minimalismo musical (aunque rehuya del término), cuyo estilo resulta inconfundible, repetitivo, subyugante, gracias a la influencia, por ejemplo, del maestro hindú Shankar (el genio del sitar, las ragas y las talas),
Aparte de Shankar, Glass ha colaborado con los músicos de la talla de Mike Oldfield y David Bowie, así como con Bob Wilson, un dramaturgo de altos vuelos.
Continúo escuchando con pasión a Glass.
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