La historia, el azar y esa desidia decimonónica que extiende su hálito venenoso hasta nuestros días nos privaron de tener una, al menos una sola fotografía de Enrique Gil, de modo que hemos tenido que ir imaginando su rostro a partir de las descripciones de sus contemporáneos y, sobre todo, de su autorretrato en el relato Anochecer en San Antonio de la Florida: “Su vestido era sencillo, rubia su cabellera, azules sus apagados ojos, y en su despejada frente se notaba una ligera tinta de melancolía…”

Sin embargo, estoy convencido de que Enrique conoció el invento de Daguerre y tengo, sin pruebas, la certeza de que se hizo alguna que otra placa. La primera pista la da el propio Gil cuando, en el camino de Madrid a Berlín, a su paso por Wiesbaden, escribe en su Diario: “Estas vistas en tan reducido espacio, que se presentan absolutamente aisladas por las arboledas hermosísimas del Niederwald y al término de aquella calle larguísima con su transparente bovedado follaje, causan toda la ilusión de un diorama, aumentada, por supuesto, con la realidad y con la mayor escala” [BIBLIOTECA GIL Y  CARRASCO, volumen VIII, Último viaje. Diario Madrid-Berlín].

Pero hay otras evidencias: Enrique Gil conoció los albores de la fotografía muy de cerca. El primer daguerrotipo llegó a España en noviembre de 1839, primero a Barcelona y pocos días después a Madrid, de la mano del Liceo Artístico y Literario, del que Gil formaba parte destacada. En cuanto al diorama que Gil menciona a orillas del Rhin, el inventor de la fotografía, Daguerre, instaló su primer diorama en los bulevares de París en 1822 y llegó a Madrid en 1837. Mesonero Romanos describe la novedad en su Manual Histórico-Topográfico de Madrid; las sesiones públicas eran diarias, al precio de 8 reales. [Sougez, Historia de la fotografía].

Es seguro que Gil, que en 1839 era motor del Liceo y participaba de la vanguardia madrileña, gozó del nuevo invento con fruición, pero el asunto requiere un estudio más detallado, como tantos otros aspectos apenas entrevistos de la vida del poeta. Entretanto aparece su daguerrotipo o su calotipo en alguna almoneda del Rastro, tenemos que ir conformándonos con imaginar su rostro, lo que produce resultados sorprendentes.

Valentín Carrera

Fotos: El imaginario de Gil (de izqda. a dcha.): retrato de Gil a principios de siglo XX, Javier Vecino en Nocturnos con niebla (Conde Gatón), logo de la BIBLIOTECA GIL Y CARRASCO,  y los actores Álvaro Caboalles y Luis Alija en 2015.

Enlaces wiki románticos:
visitar Biblioteca Gil y Carrasco
A la venta en las principales librerías. Distribuye: Latorre Literaria

Mario

Compartir
Publicado por
Mario

Entradas recientes

Cobrana acoge los “II Encuentros en el Olvidado”, una jornada poético-musical dedicada al Camino Olvidado

El próximo 26 de octubre de 2025 la localidad de Cobrana, en El Bierzo Alto,…

4 horas hace

El teatro Benevivere acoge la obra “Humor ochentero”

El próximo domingo,26 de octubre, a las 18:00 horas en el teatro Benevivere, con entrada…

11 horas hace

Bembibre celebra el Día de las Bibliotecas con una programación especial para todas las edades

La Concejalía de Cultura y la Biblioteca Pública Municipal de Bembibre conmemoran el Día de…

22 horas hace

EN VÍDEO / Diez años de sevillanas y alegría: el Grupo Rociero de Bembibre celebró su aniversario con una gala por todo lo alto

El Teatro Benevivere se vistió de faralaes este domingo, 19 de octubre, con motivo de…

2 días hace

El Atlético Bembibre recupera la sonrisa con una victoria a domicilio en Villaralbo

Victoria muy trabajada del Atlético Bembibre en Villaralbo, que rompe la racha negativa de las…

3 días hace

Oncobierzo recibe el premio Salamandra del Bierzo de Atudebial por su defensa de la sanidad pública

La asociación de Turismo del Bierzo Alto, Atudebial, entregó este sábado en el teatro Benevivere…

3 días hace