Mal partido del Atlético Bembibre, un bache dentro del buen juego que estaba realizando el equipo, que se saldó con un empate en el último suspiro como mal menor.
En los primeros 45 minutos se vio a un Bembibre nervioso y muy impreciso en el pase, con demasiadas pérdidas no forzadas que provocaban contraataques obligando a realizar un sobreesfuerzo para evitar que tuvieran consecuencias. A pesar de ello los atléticos dispusieron de algunas ocasiones bastantes claras para abrir el marcador, que se perdieron por falta de acierto en el remate.
Como curiosidad, ambos equipos enviaron el balón al palo tras ejecutar un saque de esquina, en lo que podría haber sido empate a goles olímpicos. Primero Álex Lorenzo para el Bembibre y minutos más tarde Pesca para el Almazán, estuvieron a punto de sorprender estrellando el balón en el larguero.
Nada mas iniciarse la segunda mitad, tras el saque de centro del campo, un envío largo sobre Ebri a la espalda de la defensa, que no estuvo atenta, acabó con el jugador en el suelo y el colegiado señalando el punto de penalti. Pesca no falló ante Ivanildo, que llegó a rozar el balón, y los sorianos se pusieron por delante.
Con el gol llegaron las prisas para los locales, que jugaban con mas corazón que cabeza. Manolo Pérez movió ficha colocando una defensa de tres para atacar con dos delanteros, y el movimiento táctico acabó dando resultado. Aunque hubo que esperar al descuento para celebrar el gol.
Los atléticos parecían atenazados por la responsabilidad y el miedo a fallar, porque dispusieron de algunas ocasiones bastante claras que se perdieron por dudar a la hora de tirar a puerta. Algo que se reclamaba con insistencia desde la grada.
Al final fue la defensa del Almazán, que jugaba con uno menos desde el 88 por doble amarilla de Álex Martínez, la que anotó el gol del empate para los bercianos. Una falta muy bien ejecutada por Iker Nova acaba pegando en el poste después de ser peinada por un defensa, y en el intento de alejar el esférico tras el rechace otro jugador del Almazán lo acaba introduciendo en la portería.
Al final reparto de puntos como mal menor, en un mal día de los bercianos.