El Atlético Bembibre finaliza una semana negra en la que el tiempo de prolongación ha resultado fatídico para el conjunto rojiblanco. Si frente al Astorga los bembibrenses sufrieron una derrota completamente inesperada tras ejercer un dominio absoluto durante los 90 minutos reglamentarios, en Almazán se volvió a repetir la historia. Esta vez el partido estuvo mucho más igualado, con pocas ocasiones de gol, pero la mayoría del lado bembibrense, entre ellas un remate de Lucho que se estrelló en el larguero.
Tampoco hubo fortuna con las lesiones. Íñigo tuvo que dejar su sitio a Guerrero en el primer minuto por lesión; y el propio Guerrero abandonaría también el terreno de juego en la segunda mitad por el mismo motivo; Guzzetta también tuvo que retirarse tras el descanso con molestias. Tres cambios obligados que afectaban a la línea defensiva y que el equipo supo solventar muy bien, a tenor de las pocas ocasiones generadas por el equipo local. Tan solo una jugada personal de Edipo que que acabó rematando fuera por muy poco.
El Bembibre tampoco generaba muchas ocasiones, pero tuvo dos muy claras. Un remate de Luchoa al larguero en el primer tiempo y un lanzamiento de falta de Dani Martínez que se marchó rozando el poste.
Cuando el partido agonizaba y todo parecía indicar que no se iba a mover el marcador, con el tiempo reglamentario ya cumplido, apareció Pablo para batir a Ivanildo y darle la primera victoria al Almazán en casa.
Un nuevo jarro de agua fría, el segundo en muy pocos días, del que debe intentar sobreponerse lo antes posible el joven conjunto rojiblanco, para volver a la senda de los triunfos y comenzar a escalar de nuevo posiciones en la tabla. Queda mucha liga por delante y la plantilla de este Atlético Bembibre tiene calidad suficiente para afrontar cualquier reto.