Una antología berciana y un volumen de ensayos culminan la Biblioteca Gil y Carrasco

La Biblioteca Gil y Carrasco presentó sus dos últimos títulos, “Ensayos sobre Enrique Gil” y “Enrique Gil y El Bierzo. Antología”; dos libros que complementan las Obras Completas del poeta romántico, publicadas a lo largo de 2014 y 2015 bajo la dirección del editor y periodista berciano Valentín Carrera.

 

Después de tres años de trabajo, con un amplio equipo de autores y el micromecenazgo de cientos de ciudadanos, el fruto de este empeño cultural y literario son diez libros publicados simultáneamente en papel y en ebook, casi tres mil páginas anotadas e ilustradas, y más de cinco mil volúmenes distribuidos en toda España y en el extranjero, además de la página web bibliotecagilycarrasco.com, en la que todos los contenidos y la obra entera de Gil se ofrecen gratuitamente en abierto.

Valentín Carrera expresó su profundo agradecimiento a todos los “wiki-románticos” que han hecho posible este proyecto editorial en torno a la vida y obra del poeta romántico Enrique Gil, en su II Centenario 1815-2015, que es, sin duda, junto al Congreso Internacional celebrado el pasado mes de julio, la herencia más sólida del Año Romántico.

Siete ensayos heterodoxos

Dos autores clásicos, nada menos que Ricardo Gullón y Russel P. Sebold, y cinco autores cercanos –Monserrat Ribao, José Luis Suárez Roca, Álida Ares, Héctor Silveiro y Valentín Carrera– escriben los siete ensayos heterodoxos que se recogen en el volumen IX de la Biblioteca Gil y Carrasco, ilustrado con las preciosas láminas de Luis G. Domingo.

Se trata de los artículos clásicos: El poeta de las memorias, de Ricardo Gullón, el crítico y biógrafo que mejor ha comprendido a Enrique Gil; y Tuberculosis y misticismo en El Señor de Bembibre, del hispanista americano Rusell P. Sebold. La visión literaria de los Caballeros Templarios en El Señor de Bembibre, de Monserrat Ribao; y el estudio sobre las influencias del Ivanhoe de Walter Scott en Gil, de Álida Ares, siguen un hilo conductor templario que interesará a muchos nuevos caballeros del Temple, dentro y fuera del Bierzo.

En el quinto ensayo, el profesor José Luis Suárez Roca nos descubre a un Enrique Gil protagonista de los Episodios Nacionales de Galdós, retratado en aquella década prodigiosa que Miguel A. Varela ha comparado con la movida madrileña de los 80. La sexta contribución es una investigación documentada y novedosa de Héctor M. Silveiro Fernández y su padre Héctor J. Silveiro Ares sobre El amigo villafranquino de Enrique Gil: Joaquín del Pino, donde los Silveiro revisan la biografía de Gil y su relación con Villafranca y con todo El Bierzo. Por último, El periodista Enrique Gil: heterodoxo y visionario, de Valentín Carrera, pone el foco sobre la profesión principal de Gil: redactor, crítico de teatro, gacetillero de actos sociales en el Liceo y reportero de viajes; un liberal con alma de periodista cuyos textos siguen siendo actuales.

Siete ensayos que tejen hilos interiores y nudos ocultos: las anticipaciones de Gullón, las intuiciones de Sebold, la curiosidad de Suárez Roca, el análisis emergente de Ribao, el desconocido Gil periodista heterodoxo y visionario propuesto por Carrera, y los nuevos datos biográficos descubiertos por la familia Silveiro.

Toda la obra berciana de Gil

El volumen X, con el que se cierra la Biblioteca Gil y Carrasco, es una antología didáctica en la que se reúne por vez primera toda la obra de Gil sobre El Bierzo.

“Enrique Gil –explicó Carrera–, fue el primer ecologista berciano, señalado por Azorín como el mejor paisajista español, el primero que pone en valor el paisaje del Bierzo en su plenitud con descripciones magistrales. Su lectura procura un intenso placer estético, un gozo que ensancha el corazón”.

Gil y Carrasco escribió en apenas diez años (1836-1846) una obra considerable dedicada en gran parte al teatro, la literatura y el periodismo, en la que igual se ocupa de Colón y la conquista de América como del último estreno teatral de Hamlet, de la ópera Lucía de Lammermoor o de las sagas escandinavas; y una parte pequeña, aunque valiosa, dedicada al Bierzo.

“Las 1.400 páginas de las Obras Completas de Gil, editadas en los ocho volúmenes de BIBLIOTECA GIL Y CARRASCO, contienen cuatrocientas mil palabras, en las que «El Bierzo» aparece mencionado 86 veces, que no son muchas. En realidad, Enrique vivió poco tiempo en El Bierzo”.

Esta Antología –concluyó el editor– no escoge las mejores páginas, sino toda la obra de Gil relacionada con El Bierzo como texto, pretexto y contexto”. Las doscientas páginas de “Enrique Gil y El Bierzo” incluyen los siete poemas «bercianos», los recuerdos que expresa en Coblenza, San Goar y Hannover, una veintena de fragmentos de El Señor de Bembibre; y las dos obras sustancialmente bercianas de Gil, El Lago de Carucedo y Viaje a una provincia del interior, dos exquisiteces en las que la patria y la matria berciana, su geografía y paisaje, ríos, montes, valles, historia, cuentos, leyendas, tradiciones, monumentos, gentes, minería… se reflejan con intensidad.

 

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