El pueblo de Folgoso de la Ribera rindió honores esta mañana al misionero Manuel García Viejo, que falleció el pasado año como consecuencia del Ébola, enfermedad que contrajo mientras desarrolla su actividad humanitaria como médico en Sierra Leona. Familiares, amigos y una representación municipal acompañaron esta mañana durante el acto, que consistió en la plantación de un olivo en la plaza del Ayuntamiento que representa un “símbolo de la paz”, y frente al mismo un monolito con una placa en memoria del misionero.
Si algo se puso de manifiesto durante este acto ha sido su carácter y su forma de ser, algo que ya había trascendido con fuerza el pasado año cuando en España el país entero estaba pendiente de las noticias sobre su evolución. Sus hermanos coincidieron en asegurar que “era muy bueno”, una persona a quien “le gustaba conversar, moverse, ayudar, que se hacía querer y la queríamos”, dijo Antonio García Viejo, hermano de Manuel.
En la misma línea el alcalde, Tomás Vega Moralejo, destacó las visitas de Manuel cada vez que le era posible, cuando su trabajo se lo permitía. Pero aún así “raro era el verano que no venía”, reconoció el primer edil con el recuerdo de una persona que “siempre estaba sonriendo y era muy agradable”.
Los vecinos que asistieron recordaban la memoria de quien fue su vecino y amigo. Caras emocionadas al ver la imagen de Manuel en el monolito que preside esta plaza, y palabras de recuerdo tanto hacia su persona como a los momentos de dolor de hace un año.
Lo suyo “era vocación”, añadió Antonio García Viejo, “venía de vacaciones y si venía para dos meses ya estaba pensando en que tengo que ir, que tenía mucho trabajo y enfermos y aquí sobran médicos”. “Había nacido para ayudar a los demás y yo creo que vivió y murió por los demás”, concluyó.
Este acto tiene lugar el día en que se celebra el primer aniversario de la muerte del religioso folgosino. El Ayuntamiento había pensado poner el nombre a la plaza pero a petición de la familia fue un acto más sencillo pero cargado de simbolismo.
El alcalde junto con el sobrino de Manuel García Viejo, Toño García, procedieron a la plantación de este olivo en la plaza, desde donde pronunciaron unas palabras para recordar el carácter del folgosino.
