El pasado día 15 de noviembre tuve la satisfacción de impartir una pequeña conferencia en Albares de la Ribera , como complemento cultural a una actividad (el magosto) que es también parte de nuestra cultura. Creo que fue una buena iniciativa. Como ya voy teniendo una cierta experiencia en estas lides, se que en estos casos sucede como en los toros. No es lo mismo estar dentro de la plaza que verlos desde la barrera. El conferenciante, tiene tendencia a alargar su exposición más y más, pero el auditorio a menudo se impacienta con las explicaciones e imágenes de la conferencia. Así pues hay que estar atento al reloj y a las señales que transmite la audiencia, para “meter la tijera” si es preciso. “Lo poco agrada y lo mucho empalaga”. No obstante es una buena idea recoger los apuntes, notas y demás información que se precisa para dar la charla, para después redactar un o unos artículos lo más ameno que sea posible sobre el contenido de la conferencia.
EL CONTENIDO. ALGO DE HISTORIA
Yo pensaba iniciar mi exposición con una pequeña broma o gracia, habida cuenta de que en Albares de la Ribera debe haber aún muchas personas, que saben como fue el trabajo de la mina y en concreto el de picador. Por ello la primera imagen fue la de un minero que parece picador, pero que nunca lo fue. Es la imagen que adjunto junto con otra del pueblo. Ese tipo de la imagen (yo hace algunos años ya) no parece picador por tres motivos. Uno la cara demasiado limpia, otro el semblante que no denota estar haciendo un gran esfuerzo y por último el estilo de coger el martillo, que no es propio de un picador. Yo en la mina manejé muchas veces el martillo de picador, pero nunca fui un picador como tal, entre otros motivos porque mi labor era realizar labores de topografía y geología, como norma general.
La siguiente cuestión sobre la que estimo oportuno reflexionar, es sobre la inmensa cantidad de riqueza (dinero) que desde hace siglos estaba y quizá aún está, escondida en el subsuelo de los montes que hay en el entorno de Albares de la Ribera y otros pueblos de la zona. Una riqueza que sin embargo paso inadvertida durante siglos, ya que no fue hasta el siglo XIX, cuando el interés económico por el carbón (carbón de piedra cabría matizar), empezó a ser notorio. A partir de entonces la actividad económica fue muy intensa como es bien sabido a lo largo de ese siglo, el XX y el XXI…en sus primeros años sólo.
El carbón de piedra se conoce ¿sorprendentemente? desde hace más de 2000 años. Hace ya algún tiempo (año 2020) yo mismo publiqué un artículo, en el que entre otros datos ya se indica que en la Antigua Grecia (Teofastro) y hace 2300 años ya se conocía el carbón mineral que entonces se utilizaba para calefacción. Asimismo hay un dato muy curioso, no sobre el carbón en si; si no sobre las plantas fosilizadas que abundan en gran cantidad en los terrenos donde hay capas de carbón, como es el caso del Bierzo. El escritor romano Plinio al referirse a la batalla de Munda, que tuvo lugar en el año 45 antes de J.C. en alguna zona de Andalucía, describe lo que sin dida son plantas fósiles a las que denomina “piedras que llevan impresa la huella de una palmera”.
En los siglos XIII-XIV, Marco Polo en sus viajes por China también conoció el carbón mineral. Contó que en China se extraían del interior de la tierra unas piedras negras que ardían mejor que la leña. La verdad (no conozco la cita completa) creo que esto de que ardían mejor que la leña, es dudoso. El carbón de piedra arde peor (o al menos tarda más en encenderse) que las ramas o la leña normal y quizá por ello durante siglos, se le dio poca importancia.
No obstante en Asturias en 1578 ya había una mina de carbón y en Inglaterra en el siglo XVI, ya debía ser bastante frecuente el uso de carbón de piedra. En España durante el siglo XVII en Andalucía se descubrió carbón mineral y en cualquier caso ya en el siglo XVIII, se fue prestando cada vez más atención al carbón de piedra. Entre otras razones porque las ferrerías consumían mucho carbón vegetal. Hay en este siglo abundantes referencias al intento de aprovechar el carbón de piedra. En concreto en El Bierzo en diversos archivos de las administraciones, locales debían hallarse noticias sobre el carbón de piedra y su utilidad. Así por ejemplo en el Archivo Histórico Municipal de Castropodame, se conservan referencias a la que debió ser una Real Orden del año 1790 referente a la explotación de minas de carbón de piedra. Es posible que también hasta Albares llegaran órdenes similares, ya que este tipo de documentos debieron llegar a muchos otros pueblos bercianos. Otra cuestión es determinar la proporción de vecinos que tenían al menos una ligera idea de lo que era el carbón de piedra.
CARLOS LEMAUR
En el año 2015 Manuel I. Olano Pastor publicó un libro titulado, “EL Ingeniero Carlos Lemaur en El Bierzo (1764-1778)”. En este libro editado por el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías de Astorga, se habla extensamente (más de 200 páginas) del ingeniero precitado y de sus trabajos en El Bierzo. Es un magnífico e interesante libro. Yo ayudé un poquito a M. Olano Pastor a buscar datos sobre los planos que C. Lemaur hizo (a diversas escalas) de zonas concretas del Bierzo y su entorno. Quedé maravillado de la contemplación de esos planos del siglo XVIII, que no obstante sólo he podido ver en imagen digitalizada de los originales. Hay por ejemplo un plano muy detallado del puente de lo que hoy son Las Ventas de Albares, otros de tramos de la carretera entre Torre del Bierzo y Bembibre y otro más general. Es posible que haya más. Habría que hacer un rastreo más a fondo.
C. Lemaur además de preocuparse de la construcción de una carretera de la Villa y Corte de Madrid a La Coruña, se ocupó también de la riqueza minera del Bierzo. En concreto del hierro y del carbón de piedra, que es lo que, en este caso nos interesa. Por lo que yo conozco, C. Lemaur era consciente de la importancia de la combinación de mineral de hierro y carbón de piedra. Dentro de lo que hoy es el municipio de Torre del Bierzo intentó construir dos ferrerías. Una en Torre y otra en la zona donde hoy día confluyen la línea del ferrocarril, la carretera a San Andrés de las Puentes , el río Tremor y el que baja desde San Facundo. Hay abundante documentación sobre este tema y el emplazamiento de ambas creo que está perfectamente localizado en planos del siglo XVIII. A juzgar por los datos investigados por Manuel Olano, ni la una ni la otra fueron negocios boyantes. Por lo que yo conozco, el problema radicó en buena medida, en el hecho de que contrariamente a lo que esperaba C. Lemaur, no fue posible lograr una producción aceptable de ambas utilizando carbón de piedra. Tras pocos años de funcionamiento cesaron en su actividad. El carbón vegetal se consumía en gran cuantía en herrerías bercianas, hasta el punto de dejar quizá esquilmados los montes, por tanto hallar un sustituto era en principio algo que era interesante.
Por ello el descubrimiento de carbón mineral era una buena noticia. El propio Lemaur en un documento fechado el 7 de agosto de 1764 en Betanzos cita una capa de carbón de piedra descubierta al pie de la cuesta del Morueco, cerca de un convento de la tercera orden llamado El Cerezal. Bastantes años después, en 1785 de nuevo escribirá sobre el mineral descubierto por él mismo en 1764, al pie del Morueco y cerca del convento de Cerezal. En planos topográficos e incluso en planos del Catastro actuales aún se localiza perfectamente el Alto del Morueco. Se ubica dentro de la parcela 10 084 del polígono 81 del Municipio de Torre del Bierzo.
Hay varios detalles que destacar de estos documentos o informes de C. Lemaur. Por ejemplo que las capas o pasos de carbón citados se descubrieron sin hacer excavación alguna, por lo que ya se presume que puede haber más. Asimismo cuenta que preguntó “cuidadosamente de los paisanos” sobre este asunto y que a resultas de sus respuestas, deduce que este tipo de mineral es decir el carbón de piedra, se extienden por una superficie de dos leguas cuadradas. Una legua equivalía a unos 5 km; luego ya suponía Lemuar que en una extensión de varios kilómetros cuadrados en la zona de Cerezal de Tremor había carbón de piedra.
Este ingeniero y militar parece que era un hombre muy emprendedor, pues propuso una serie de utilidades que se podrían dar al carbón de piedra descubierto en El Bierzo; centrando su atención en su empleo para sustituir al carbón vegetal y también a la leña para calefacción y para usos industriales como las fraguas o para hornos de fabricar tejas, ladrillos y cal. Propone llevarlo hasta las proximidades de Madrid ( a 12 leguas de la capital es decir unos 60 km), utilizando un canal que habría de construirse. En principio no era un proyecto descabellado. En el siglo XVIII, se construyó el célebre Canal de Castilla que aún existe.
No obstante en 1785, año de su muerte, escribió que no halló utilidad alguna en la mina de carbón descubierta en Cerezal, debido esencialmente a que la leña era barata y a que las gentes eran reacias a cambiar las costumbres, en este caso dejar a un lado la leña u usar carbón de piedra. No citó sin embargo en este documento su fracaso al utilizarlo en las dos ferrerías precitadas.
EL CONVENTO DE CEREZAL DE TREMOR
Si cualquier convento es interesante desde el punto de vista religioso, histórico y cultural, con mayor motivo este que existió en Cerezal de Tremor, ya que tiene una directa relación con el descubrimiento (oficial al menos) del carbón mineral berciano. Actualmente sólo quedan unas mínimas ruinas, de lo que fue la iglesia de este convento emplazado en lo que ya en los siglos XVI y XVII era una muy diminuta población. Por fortuna hace años que Ainhoa Simón Simón (1996) publicó un buen libro sobre la historia y otros detalles de este convento llamado convento de Santa María Magdalena de Cerezal que pertenecía a la Orden Tercera de San Francisco.
Gracias al libro de A. Simón Simón sabemos que junto al convento y en los siglo XVI-XVII existieron dos pequeños hospitales, la ermita de Sta. María Magdalena , la ermita de San Blas (esta aún existe), un molino y al menos dos casas que serían vivienda de personas seglares. Quizá empleados de la comunidad religiosa. Figuran en ese libro tres planos (más bien croquis) del convento y su entorno correspondientes a los años 1533-1604 y 1653. Gracias a esos croquis se podría situar aún hoy día la ubicación de las edificaciones y fincas que hubo en lo que posteriormente fue el casco urbano de Cerezal de Tremor. En los planos catastrales actuales aún figuran en este pueblo numerosas fincas de carácter urbano, aunque como es sabido es ahora un pueblo totalmente deshabitado. Sin embargo en el mismo existió hasta el pasado siglo XX, una bocamina y creo que algunas instalaciones mineras del exterior.
La Mina se conocía como “Carbones El Túnel”. Yo realicé labores de topografía en la misma y creo que desde entonces, sentí la tentación de comparar los planos de labores mineras modernas, con esos viejos croquis de los siglos XVI-XVII que publicó A. Simón Simón. Incluso realicé hace más de 10 años un pequeño tanteo. Por otra parte en Madrid, en el Archivo Histórico Nacional, tuve ocasión de ver viejos libros referentes a la administración y funcionamiento cotidiano de esa comunidad de frailes. En el año 2016 (noviembre y diciembre en “Bembibre Digital”) publiqué en dos partes un artículo titulado “Las capas de C. Lemaur” referente a la historia de la minería de carbón berciana y cada vez más tentado me siento de hacer un análisis comparativo de “modernos” planos de labores mineras del pasado siglo XX, con esos viejos croquis de los siglos XVI y XVII.
Los frailes y otras personas que durante siglos estuvieron por el casco urbano de Cerezal de Tremor y su entorno, quizá ignoraban por completo que a escasos metros por debajo de donde vivían discurría una capa de carbón, que con el discurrir del tiempo sería muy interesante. Creo que definitivamente no me queda más remedio que estudiar a fondo este asunto. No obstante este tema del convento de Cerezal, es esencialmente referente a los inicios de la minería del carbón. Hay además una interesante historia posterior, que tiene una clara vinculación con Albares de la Ribera y la mayor parte de los pueblos que hoy constituyen el Municipio de Torre del Bierzo y que la veremos en el siguiente artículo.
Rogelio Meléndez Tercero
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