A CIENCIA CIERTA / Midiendo el tiempo en el Mirador de “La Gualta”, en Noceda del Bierzo( I)

A menudo sucede que objetos o hechos que parecen intrascendentes, dan pie para elaborar artículos de divulgación científica elementales, pero curiosos como considero que es éste. Me refiero en concreto al reloj de sol ubicado en el Mirador de “La Gualta” en Noceda del Bierzo. Hace días un buen amigo mío, Luis Lorente Aragón, gran aficionado al mundo de los relojes de sol, me envió una imagen de un reloj de estos que me parecía ya conocido, pero… Siguiendo el procedimiento habitual envié la foto a otro experto en estos asuntos, Luis E. Vadillo Sacristán, de la Asociación de Amigos de los Relojes de Sol (AARS), que tiene su sede en Madrid para que lo catalogase. La AARS se dedica al estudio de los relojes de sol en España y fuera de España. Incluso puede facilitar datos sobre como construir un reloj de sol en Marte. Este planeta nuestro vecino, tiene un movimiento de rotación casi idéntico al de la Tierra y su eje de giro una posición similar. También en la Luna se podrían construir relojes de sol. Claro que teniendo en cuenta el lentísimo movimiento de rotación lunar, más bien serían calendarios solares, según la mentalidad terrestre.

No obstante vamos a lo que vamos, a Noceda del Bierzo. Dado que este reloj me parecía conocido hice algunas averiguaciones y para completar la tarea, decidí ir al mirador señalado y hacer un análisis detallado del mismo. Era el día 28 de abril del año en curso. Aunque yo no lo sabía esta fecha sería la del “Gran Apagón en España”. Tomé notas, hice fotografías, observaciones, mediciones, comprobaciones y tras todo ello creo que tengo materia suficiente para redactar este artículo, que tendrá una segunda parte.

La verdad es que hay materia para hablar de relojes de sol y mucho más. Digo lo de muchos más porque la ruta en la que se halla este reloj (Ruta de las Fuentes), es muy interesante en múltiples aspectos. Por ello y para no “quemar” al personal hablando continuamente del Sol, también tocaré otros asuntos como la geología de la zona. Manos a la obra pues.

HISTORIA Y DESCRIPCION GENERAL

Este es un reloj de sol muy moderno. Se construyó y colocó en su emplazamiento en los primeros años de este siglo XXI. Hay relojes de sol que tienen siglos de antigüedad. Este sin embargo es obra de un grupo de veteranos mineros del Bierzo que en los primeros años de este siglo, nos dedicamos a esta labor. Entre los años 2004 y 2014 fue según mis notas y recuerdos cuando desarrollamos nuestra labor. En el año 2015 y en el Boletín de la AARS ya se publicó un artículo sobre esta labor de los mineros- relojeros de sol del Bierzo. Anteriormente (año 2011 ) ya también había sido publicado en la revista “Carpe Diem”, algo sobre esta labor de los mineros-relojeros. Mi papel en todo este asunto se limitó principalmente a realizar los cálculos para diseñar los relojes y sus elementos accesorios como las tablas conversoras de tiempos solar verdadero en tiempo oficial, que es el que usamos continuamente. La fecha exacta en la que se colocó en Noceda del Bierzo este reloj no la sé. En base a lo que me explicó Julián Mínguez, uno de los componentes del grupo debió ser hacia el año 2013, pero no lo sé.

Se trata de un reloj de sol de los llamados ecuatoriales. Partiendo de la idea de que la Tierra es una esfera (perfecta a efectos del tema que estamos trazando) y si imaginamos que la cortamos por los meridianos de +/- 90º a partir del de Greenwich y luego la vaciamos y ceñimos a la línea del Ecuador una banda, tendríamos una figura muy parecida a la de este reloj. En esa banda (banda ecuatorial) y en la parte interna están grabadas las indicaciones de las horas en números romanos. La cantonera inclinada de ese triangulo de chapa metálica, (gnomon se podría llamar), corresponde o representa el eje de giro de la Tierra. De este modo la sombra del citado eje proyectada sobre la esfera terrestre vaciada va señalando las horas.

Esta “maqueta” de la Tierra tiene un radio de 25,5 centímetros. El radio real de la Tierra es 6366 km a afectos prácticos, que corresponde a los 40 000 km que nos explicaron de muy niños en la escuela el pueblo. Por tanto en un reloj de este tipo tan grande como la Tierra, en tan solo una hora la sombra recorrería 1666,66 km. Es la velocidad lineal de giro de la Tierra en el Ecuador. Sería interesante calcular que ocurriría si en sólo 3 segundos (frenazo de un automóvil) se detuviese por completo. En este reloj de sol en una hora la sombra ha de desplazarse 66, 7 milímetros. Es muy fácil hacer el cálculo.

En la banda ecuatorial de este reloj están señaladas en números romanos las horas, desde las 6 de la mañana a las 6 de la tarde. Son por tanto 13 señales que corresponden a las horas en punto. Se trata de horas en tiempo solar verdadero, que no es el que usamos en la vida cotidiana. Por ello si alguien mira con atención el reloj y luego compara la hora que señala con la de su reloj de pulsera o su teléfono móvil, verá que hay una notable diferencia. Por ejemplo el 28 de abril cuando ese reloj señalaba las 10 de la mañana, la hora oficial eran los 12 y 25 minutos. Ver foto. Ante esta evidencia muchas personas se limitan a decir que el reloj “no anda bien”. Sin embargo más adecuado en este caso, es decir que quien no anda bien (de conocimientos de gnomónica), es la persona que así opina. Luego lo explicaré más en detalle, pero aclaro que la gnomónica es la parte de la astronomía que se dedica al estudio de los relojes y calendarios solares.

Los relojes de sol durante siglos fueron los mejores medidores del tiempo, hasta el punto de que aún en el siglo XIX en España, se utilizaban para poner en hora los relojes de otro tipo, como los de bolsillo o los de las torres. Por tanto, no es cierto que no señalen bien la hora. Lo hacen perfectamente pero eso si, siempre que estén bien construidos y además bien orientados. Otra cuestión es que no puedan señalar hora, minuto y segundo como un reloj digital. No obstante si hay que decir que un minuto de tiempo es suficiente para ver el movimiento de las sombras. Esto lo he comprobado reiteradamente y además se puede demostrar de modo matemático teniendo en cuenta, el “movimiento del Sol” y su tamaño aparente visto de Tierra. En este reloj del Mirador de la Gualta es sencillo determinar que (recordemos los de los 66, 7 milímetros/hora) en un minuto la sombra se mueve más de un milímetro. Basta ver fotos del mismo o ir al lugar para ver como en efecto la sombra se mueve con tal rapidez que se percibe el movimiento de la sombra en ese intervalo de tiempo, sobre todo si tenemos una señal de referencia.

Un elemento esencial de este reloj lo constituye la tabla conversora. Me refiero a esa pizarra incrustada en la roca y ubicada al lado del reloj. No se trata evidentemente de un adorno. Es un instrumento para que cualquiera que sepa leer, pueda comprobar en cualquier fecha del año, si ese reloj funciona o no correctamente. Esa especie de “culebra” dibujada sobre una cuadrícula y con una serie de números es la representación gráfica de una ecuación matemática. En mis tiempos de estudiante con 14 años ya nos resultaban muy conocidas. Cuando el pasado 28 de abril fui al Mirador de la Gualta fui dispuesto a comprobar “como Dios manda”, si ese reloj está bien construido y además bien orientado; también presté atención a la tabla conversora. Yo ya sabía que si algo iba mal en buena medida el responsable sería quizá …¡ yo mismo!. No obstante y como dije al principio hay otros aspectos de interés en esa ruta y vamos a verlos.

LA GEOLOGIA

Las espectaculares rocas (parecen los dientes de una sierra) en las que se asienta el reloj son cuarcitas llamadas Cuarcitas de Vega (IGME). Se les asigna una edad llamada Ordovícico Superior (440 millones de años antes del presente) hablando en términos geológicos. Al hablar de 440 millones de años no hemos de pensar que desde hace ese tiempo han estado ahí con este mismo aspecto. No es cierto. Lo que sucedió es que hace 440 millones de años esas hoy rocas compactas eran rocas sueltas como las arenas de las playas actuales. Con el paso de millones de años se fueron compactando y plegando (doblando) y el aspecto actual es el que han adquirido en los últimos miles de años.

En la época del Imperio Romano (por ejemplo) ya debían tener un aspecto muy similar al actual. Si retrocedemos en el tiempo varios miles de años y aunque no tengo datos concretos al respecto, entiendo que se observarían poco a poco cambios. Las rocas duras y compactas que observamos en afloramientos también se van desmoronando con el paso del tiempo. Creo que en alguna ocasión escribí que el actual paisaje del entorno de Bembibre, ya debía ser bastante reconocible hace unos 10 000 años. Debería no obstante revisar mis apuntes.

En cualquier caso y teniendo en cuenta que no conviene hacer un texto extenso para no “aburrir” al personal, de momento nada más diré y sólo eso si, que habrá una continuación con más naturaleza, geología y gnomónica.

Rogelio Meléndez Tercero

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