Desde hace ya muchos años he venido publicando artículos sobre la supuesta influencia de La Luna, creo que desde los años finales del siglo XX o primeros del presente siglo. Lo que haré ahora será pues recopilar algunos que no todos los asuntos tratados en anteriores artículos y añadir lo que proceda.
Es conocida la creencia o la opinión de la influencia de las fases de la Luna en las faenas agrícolas, sin embargo yo al menos no conozco estudio alguno que demuestre (con experimentos rigurosos y realizados de modo reiterado); que esto sea cierto. No conozco, por ejemplo, ningún principio físico, ninguna fórmula matemática, ni por supuesto ningún estudio serio, que me induzca a pensar-por ejemplo- en que es mejor o peor podar las viñas en creciente que en menguante o viceversa.
Lo que si conozco son estudios al parecer bastante rigurosos, que demuestran que las fases de la Luna no tienen influencia alguna en los nacimientos humanos, muy en contra de la extendida creencia popular en sentido contrario. Algunos de estos estudios se han realizado hace años en nuestra provincia a cargo de la Asociación Leonesa de Astronomía (años 2002 y 2004 ). Hay otros más realizados fuera de nuestra provincia (Vizcaya, Granada) y en países del extranjero (Unión Médica de Canadá por ejemplo), que hace ya bastantes años llegaron a la misma conclusión. En la Red recientemente he visto algunos en los que se insiste en esta tema. Por ejemplo un estudio realizado en Carolina del Norte en un centro hospitalario analizando 564.039 nacimientos entre los años 1997 y 2001; sin hallar relación entre fases lunares y partos en humanos. Otro estudio en el Hospital Príncipe de Asturias en Madrid analizando 2137 partos dio similar resultado. Su autora fue Mª. S.Saiz Puente. Se analizaron partos durante el año 2007 durante 12 ciclos lunares.
Hay incluso datos que dicen que no hay evidencia de que las fases lunares afecten a la agricultura. Véase en la Red la página que lleva por título “maldita ciencia” de fecha 10-9-2019, en la que se cita a la Universidad de Cambridge y a un profesor de esta de nombre Howard Griffiths. Se explica que la intensidad de la luz lunar es demasiado débil para influir en las plantas, en general. Hay otros artículos míos, que también apuntan en esta línea.
Es lógico en principio que así sea, pues las fases de La Luna, no son mas que cambios en el aspecto que la misma presenta vista desde donde nosotros la vemos. La Luna no cambia, se modifica su aspecto, del mismo modo que una persona o un automóvil siguen siendo el mismo tanto si lo observamos de frente como de espalda o de lado. La única influencia de la Luna sobre La Tierra en la que no parece haber duda es en la fuerza gravitatoria que es por otra parte algo que sucede en el Universo en todas las circunstancias. Determinar matemáticamente la influencia de esta sobre la sabia de las plantas,…por ejemplo,…es un tema complejo. Lo mismo cabría decir sobre la influencia de la débil luz lunar;…pero… Aquí está la cuestión en los momentos actuales.
No obstante también escritos en sentido contrario, aunque no suelen aportar ranones convincentes a mi modo de ver. Suelen hablar de creencias y costumbres basadas en creencias, pero incluso algún trabajo de fin de carrera trata de ese tema. Si no se exponen razones,….. En definitiva que dejando a un lado las creencias hay una digamos controversia ,…sin resolver aún sobre el tema.
¿DONDE ESTA LA VERDAD?
En cualquier caso, del mismo modo que no es razonable creer en la Luna y sus fases influyen porque lo dijeron nuestros antepasados, también el rechazo sistemático de la sabiduría popular puede no ser racional. Yo hace tiempo escribí que a veces simples casualidades o hechos o investigaciones muy puntuales pueden servir para desmontar viejas creencias, algo que en este tema y al menos por ahora no ha sucedido. Podría pues darse la circunstancia de que el gradiente de luz lunar, que si fluctúa evidentemente, con las fases lunares tenga algunos efectos poco conocidos por la Ciencia. Esta demostrado por ejemplo que hay flores que sólo nacen el otoño y otras sólo en primavera. La diferencia conocida en este caso es el gradiente luminoso del Sol, en otoño los días (horas de luz) decrecen y en primavera aumentan. ¿ Podría esto ocurrir asimismo con las fases lunares ? . Esta es la cuestión.
El asunto se podría aclarar con experimentos realizados con rigor científico y de modo reiterado. Un experimento realizado sólo una vez o dos o tres no es significativo. Hay que ser reiterativo. Supongo que así se hace cuando se quiere probar por ejemplo un medicamento nuevo. Esos experimentos se han realizado (Red) pero las conclusiones, al parecer no han sido determinantes.
Rogelio Meléndez Tercero
