Llevo ya muchos escribiendo (y hablando) con el fin de divulgar el conocimiento científico, pero creo que debo puntualizar algunos detalles pues de no hacerlo se corre el riesgo de transmitir informaciones que se prestan a error. Yo cuando escribo artículo de divulgación científica, lo que hago es exponer no mi opinión a nivel personal, si no la opinión de La Ciencia que es muy diferente.
Divulgar el conocimiento científico básicamente es hablar y explicar descubrimientos de otros. Por ejemplo como se halla la longitud de una circunferencia, o el área de un trapecio o también como circula el agua subterránea. No se trata de exponer el punto de vista del divulgador; si no de La Ciencia. Por tanto hay que distinguir entre opiniones personales y exposiciones que simplemente dan a conocer los puntos de vista de la Ciencia, que por norma general nunca son debidos a descubrimientos que hace el que se dedica sencillamente a dar a conocer lo que la Ciencia opina.
Los puntos de vista de la Ciencia se suelen divulgar esencialmente en los centros de enseñanza de todo el Mundo desarrollado y se apoyan en miles y miles de experiencias y estudios diversos realizados en muchas partes y a menudo a lo largo de los años. Es evidente que pueden ser matizados o incluso rebatidos por completo, pero para ello hay que tener argumentos convincentes.
Por ejemplo si alguien dice que la fórmula para hallar la longitud de la circunferencia, no es el producto del diámetro por el número Pi (3,1416…); debe demostrarlo. No obstante antes de que a alguien se le ocurra la idea de poner manos a la obra, le recuerdo que sería asombroso que durante tantos siglos, tantos miles, quizá millones de personas han utilizado la fórmula en cuestión para hallar la longitud de la circunferencia y ¡¡nadie se haya percatado de que es errónea¡¡. En este como en otros muchos casos lo lógico es pensar que esa fórmula que maneja La Ciencia es la correcta.
Este ejemplo hay que aplicarlo a todos los demás ámbitos del conocimiento científico. Por ejemplo en el siglo XIX, el ingeniero francés Henry P.G. Darcy descubrió una fórmula matemática que es la expresión de la conocida como Ley de Darcy (que no es evidentemente una ley como las del Código Penal que se puedan cambiar ó eliminar cuando se estime oportuno) que desde el siglo XIX hasta la actualidad se ha utilizado en miles de estudios y trabajos técnicos que tiene que ver con el agua subterránea. ¿Puede estar equivocada la Ley de Darcy?. Pues claro que si;….pero no deja de ser sorprendente e incluso asombroso que después de más de 100 años siendo utilizada por miles de técnicos e ingenieros del Mundo entero ¡¡nadie se haya percatado del error¡¡.
“VEN MAS CUATRO OJOS QUE DOS”
No obstante y por increíble que parezca hay personas que no se molestan para nada en ni siquiera tener una ligera idea de lo que dice esta ley de índole físico-matemática y sin embargo y puesto que sus ideas personales o su punto de vista de vista personal no se ajusta a lo que La Ciencia afirma, no dudan un instante en afirmar que “eso que dicen los libros no es cierto”. No tienen para nada en cuenta, que lo que se dice en los libros dedicados a la difusión del conocimiento científico o a la enseñanza; esta avalado por innumerables estudios y comprobaciones.
La opinión personal sobre cualquier aspecto del mundo que nos rodea proviene de lo que nuestros sentidos nos muestran; pero las opiniones de La Ciencia se van fijando a partir de estudios, análisis y experimentos que muchas personas (a veces miles) van haciendo a lo largo del tiempo. A menudo durante siglos. Por tanto no se trata de que el que hable o escriba sobre la divulgación del conocimiento sea más o menos inteligente o tenga más o menos conocimientos o mas capacidad que cualquier otra persona, para observar el mundo. La clave estriba en que divulgar la Ciencia es dar a conocer lo que muchos otros y a lo largo del tiempo han ido descubriendo. Hay que tener en cuenta que la capacidad de una sóla persona para conocer como es exactamente el Mundo en todos sus detalles es limitada y sólo uniendo las observaciones, estudios, análisis, mediciones y comprobaciones de muchas personas a lo largo del espacio y el tiempo nos podemos ir acercando más y mas al conocimiento de la realidad total y absoluta del Mundo.
El conocimiento total y absoluto de la realidad hasta en sus ínfimos detalles, quizá nunca se logra; pero a menudo nos podemos aproximar lo suficiente para que nuestro conocimiento de la realidad sea aceptable a muchos efectos prácticos. La Ciencia por su puesto puede estar equivocada y a veces las observaciones de una sóla persona, pueden ser mas acertadas que las admitidas por la Ciencia;…pero esto sólo sucede muy raramente.
Rogelio Meléndez Tercero