Hace escasos días en una reunión con geólogos, (miembros de GEOSEN) ya entrados en años y que han desempeñado su labor en muy diversos ámbitos relacionados con el desarrollo socio-económico de España, salieron a relucir una serie de comentarios sobre los ecologistas. Varios de mis amigos y colegas de GEOSEN, se quejaban de que muchas decisiones importantes para nuestro país que debieran haberse tomado y que sin embargo siguen paralizadas, se han visto avocadas a esta situación por la presión de los ecologistas que presionan a los políticos de turno, los cuales en vez de seguir los consejos de los técnicos y los científicos se dejan arrastrar por la presión de los ecologistas.
También decía alguno de los experimentados geólogos asistentes a la reunión, que los ecologistas a veces se comportan no como personas dispuestas a razonar y hablar con mente racional; si no más bien como personas creyentes en unas ideas al estilo de quien cree en una religión cualquiera. Este es un detalle al menos potencialmente peligroso. La creencia por definición, es suponer que es cierto algo que no está demostrado que lo sea. Yo no he tenido mucho contacto con ecologistas, pero si realmente es cierto que se comportan como creyentes y no como personas dispuestas a razonar, analizar y examinar datos como exige el método científico mal, muy mal , vamos.
Así las cosas recordé que hace ya muchos años (voy siendo viejo) en concreto en el año 1999, publiqué yo un artículo en el desaparecido semanario berciano “Bierzo 7” en el que ya ponía en duda la extendida idea de que “como lo natural no hay nada” o dicho de otro modo que lo natural es siempre mejor que lo artificial. Con el paso de los años y aunque soy plenamente consciente del deterioro medioambiental de nuestro Planeta , ( porque hacemos las cosas de modo incorrecto), he vuelto en más de una ocasión a meditar y a escribir sobre el asunto y creo que es hora de volver a insistir en el tema, retomando mis antiguos apuntes.
Quiero aclarar ante todo que estoy plenamente convencido de que la actividad humana realizada de modo irresponsable o equivocado es perjudicial para nuestra planeta, para la vida en general y para que los humanos podamos seguir viviendo cómodamente en este rincón del Universo. Ahora bien la alternativa no es renunciar a la actividad humana o a renunciar a cualquier alteración del medio natural. El medio natural si es preciso hay que alterarlo, aunque eso si para mejorarlo o en cualquier caso para no empeorarlo . Esa es la clave.
¿UNA IDEA MEDIEVAL?
En nuestra sociedad aún sigue muy extendida la idea de que lo natural es siempre lo mejor. En El Bierzo un conocido empresario, creo que tiene un lema en el que viene a decir que aunque no se puede mejorar a la Naturaleza se intenta hacer a tope. Yo sin embargo pienso que esta es una idea al menos discutible. Abundan a estas alturas de la Historia de la Humanidad, ejemplos de que a la Naturaleza se la puede igualar e incluso superar y mejorar.
Hasta el siglo XVIII se consideraba que los relojes de sol, (los naturales) no podían ser nada mas que imitados por los relojes mecánicos que se habían de poner en hora gracias a los relojes de sol. Hoy por el contrario sabemos que la combinación del movimiento de rotación de la Tierra junto con el de traslación en torno al Sol; hace que ese Sol que nos alumbra no pasa exactamente por la vertical de un lugar cada 24 horas justas e incluso sabemos que el movimiento de rotación de La Tierra no es rigurosamente uniforme. También ya en el siglo XVIII, René de Reaumure demostró que materia no viva podía disolver la carne tal y como sucede en el interior de los organismos vivos. En el siglo XIX Friedrich Wholer fue capaz de fabricar en un laboratorio urea, que era un compuesto que hasta entonces se consideraba que sólo podría ser generado en el interior de los organismos vivos merced a una misteriosa energía vital que sólo los seres poseían. En el año 1896, Buchner demostró que la materia inorgánica era capaza de llevar a cabo procesos que antes se pensaba que sólo eran posibles de realizar por sustancias vivas. A principios del siglo XX, se llegó a la evidencia de que dentro de las células vivas no había energías misteriosas. Todos los procesos que tenían lugar en los tejidos vivos eran realizados por medio de sustancias químicas ordinarias, con las que se podría trabajar en tubos de ensayo de los laboratorios.
En el siglo XIX, el químico Berthelot descubrió las bases para construir sustancias sintéticas que podrían ser de mejor calidad que las naturales. Los plásticos se inventaron a lo largo del siglo XIX y debió ser a los inicios del S. XX, cuando empezaron su expansión y desde luego son productos que superan en mucho a los naturales. Por supuesto que la proliferación y el uso inadecuado de plásticos se está convirtiendo en un problema; pero es tal porque sólo nos hemos preocupado de fabricarlos y no del modo en que puedan eliminar o reciclar es decir convertirlos en sustancias no nocivas para el medioambiente. El problema no es fabricar plásticos, si no hacerlo de modo inadecuado. Por cierto una de las primeras ventajas de los plásticos fue que sirven para fabricar bolas de billar artificiales, que pueden sustituir a las naturales que se obtenían de marfil natural. Hace ya muchos años que I. Asimov indicó que la idea de aventajar a la Naturaleza, ha crecido desde el siglo XIX hasta nuestros días hasta extremos colosales, poniéndose de relieve en múltiples facetas. A mediados el siglo XX y quizá ya antes estaba claro que muchos productos orgánicos se podían fabricar en laboratorios.
Los geólogos conocemos muy bien un tipo de rocas naturales (los conglomerados) que en realidad son similares al hormigón que a base de cemento, agua, arena y rocas más gruesas se emplea habitualmente en la construcción. Es mas yo creo que si se quisiera no sería muy difícil hacer un conglomerado artificial que fuese prácticamente imposible de distinguir (al menos a simple vista) de los conglomerados naturales. Por tanto la idea de que lo natural es siempre lo mejor y además lo que jamás se puede igualar; yo entiendo que es equivocada.
Hay no obstante bastantes mas datos que puntualizar sobre este tema; pero eso será en un próximo artículo. Termino con una imagen tomada de la Red en la que hace alusión a una vida sana y natural.
Rogelio Meléndez Tercero