Para el estudio de cualquier fenómeno relacionado con alineaciones singulares del Sol o de las sombras es preciso saber con el rigor requerido en cada caso donde se halla el Norte. En el año 2015 ya publiqué en “Bierzo Digital” (5 de agosto) un breve artículo sobre los diferentes nortes que hay. A muchos efectos prácticos (orientación de una finca para señalarla en un documento de compra-venta por ejemplo) podemos considerar que el Norte es uno y nada más. Los antiguos en vez de hablar de Norte-Sur-Este y Oeste; decían Norte-Mediodía-Naciente y Poniente. Eso es lo que creo que en general figura en descripciones de fincas del siglo XVII por ejemplo.
En la actualidad hay mucho métodos y algunos muy novedosos para saber dónde está el Norte. Por ejemplo, en las ortofotos del SIGPAC se nos indica la longitud geográfica de un punto (y la latitud). Dos puntos que tengan la misma longitud está en la línea N-S entendiendo que se trata del Norte Geográfico, es decir de una línea que prolongada pasa por el Eje de Rotación de La Tierra. El problema es no confundirse o liarse con los diversos nortes que figuran en los mapas.
Un modo de averiguar ya con bastante exactitud donde se halla el Norte Geográfico, es fijarse en la posición que ocupa la Estrella Polar. No obstante la Estrella Polar no se encuentra exactamente en la prolongación del Eje de La Tierra. Se halla ligeramente desviada (menos de 1º vista desde la superficie terrestre). Una indeterminación de un grado sexagesimal puede ser perfectamente tolerable incluso en algunos trabajos técnicos.
Si queremos lograr una gran precisión en la determinación de la dirección N-S, se puede recurrir a la técnica de tomar como referencia el Sol, utilizando para ello un teodolito. Es la técnica que yo utilicé para diseñar los Parques Solares Didácticos de Castropodame y Bembibre. Se trata de una operación que requiere cierta destreza, mucha precaución, mucha paciencia y sobre todo tener las ideas bien claras. Al apuntar al Sol con un teodolito hay que ser muy precavido para evitar daños graves en la vista. Hay que emplear filtros o mejor aún emplear una técnica que consiste en ponerse de espaldas al Sol y medir su posición por el reflejo del mismo sobre un papel. Como el Sol no es un punto si no un disco (aunque se vea reflejado en un papel), la técnica consiste en apuntar a los bordes del disco solar y después hacer una serie de cálculos y correcciones. Es como digo una operación muy laboriosa máxime si tenemos en cuenta que visto con el teodolito el Sol se mueve “a toda prisa” de modo continuo.
Repitiendo la operación muchas veces creo que se puede logar una precisión de algunas centésimas de grado centesimal. La determinación precisa de la línea N-S es la clave para muchos trabajos y estudios que tienen que ver con alineaciones singulares del Sol y/o de la sombra.
Son muchos los casos repartidos a lo largo del tiempo y del espacio que tienen que ver con alineaciones singulares del Sol. El Túnel del Equinoccio de Valdealgorfa es uno de ellos y por lo que yo se de los más conocidos. A mi me resulta digno de mención el Monumento a los Veteranos del Ejército Norteamericano en Arizona. Ello es así porque entiendo que se hizo en tiempos muy modernos (creo que ya en este siglo XXI) y utilizando previamente una serie de sofisticados y revisados cálculos. Por ello inserto una imagen de este monumento tomada de la Red. En la imagen ya indico la fuente de datos.
Rogelio Meléndez Tercero