Muchos conductores se han encontrado esta mañana con un cartel a la entrada del aparcamiento en la conocida como ‘finca del notario’ en que se indica que desde el día 23 de octubre (ayer domingo) está prohibido el estacionamiento en su interior. Una situación que ha sorprendido a los que llegan de forma mecánica al aparcamiento después de 15 años de uso como parking público municipal.
Pese a la pérdida de este emplazamiento, el pasado mes de septiembre se puso en marcha el aparcamiento alternativo en previsión del inminente desenlace. La falta de acuerdo entre las partes llevó al equipo de gobierno a buscar esta nueva finca, a escasos 20 metros del actual, con un contrato de arrendamiento por ocho años prorrogables.
El aparcamiento que acaba de cerrar sus puertas se empezó a utilizar como tal en el año 2007 cuando la peatonalización de las calles del centro supuso la pérdida de numerosas plazas de estacionamiento. El Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con los propietarios de la finca a cambio de la exención en el IBI.
Sin embargo, una década después comenzaron las negociaciones con los propietarios. El entonces alcalde, José Manuel Otero, había anunciado el interés por la adquisición de esta finca, cuya superficie total es de 3.000 metros cuadrados, consignando una partida cercana a los 450.000 euros.
Sin llegar a ejecutar la venta, el actual equipo de gobierno retomó las negociaciones sin aceptar el precio estipulado por los compradores que, según indicó en su momento la alcaldesa, Silvia Cao, se elevaba a 430.000 euros. Las partes sí llegaron a un acuerdo para el aprovechamiento de la finca por 15.000 euros anuales hasta que finalizase la búsqueda de una alternativa.
El actual aparcamiento, que se inauguró a mediados de septiembre, cuenta con 24 plazas sobre un terreno asfaltado de 1.100 metros cuadrados. El Ayuntamiento pagará en concepto de arrendamiento 8.400 euros anuales por un periodo de ocho años prorrogable anualmente.
