Comunicador de colores
Mediaban los años de esa década dorada que fueron los años noventa, sin duda una época inolvidable, irrecuperable e irrenunciable, al menos, para quienes, como Jesús González, participaron activamente de las inquietudes de aquella propuesta singular, pionera y única hasta entonces en el instituto El Señor de Bembibre, de la capital del Alto Bierzo, la que simbolizó la puesta en marcha y desarrollo del taller de radio Onda Sbay, y que habría de convertirse en algo más que una radio, al menos para aquel muchacho de perdurable sonrisa que, a diario, iba a la emisora del instituto con su montón de música bajo el brazo. Algo más que una radio, desde aquel 1996 cuando empezó a fraguarse el nacimiento de un proyecto sin grandes pretensiones ni falacias de ningún tipo. Algo más que una radio, cuando un espacio físico determinado generó la creación de una idea que acabaría convirtiéndose en una manera de vivir y entender la vida, porque de aquellos polvos surgieron los lodos que convertirían a Jesús González en un recalcitrante enamorado de la radio, y posteriormente de la televisión. Y todo comenzó allí, en aquel precario estudio del instituto donde Jesús aportaba tiempo, trabajo y, lo más importante, ilusión y pasión, mucha pasión. Algo más que una radio, donde la sencillez y la honestidad conformaron los valores principales que impulsaron aquel entusiasmo que aún hoy profesa Jesús hacia esa manera de comprender que a través de ella, de la radio, y de la televisión, puede entregarse por entero a los demás. De aquel tiempo, espacio, atención y dedicación surgieron todos los colores en la paleta de la vida de una persona que, pincelada a pincelada, ha ido tiñendo con ellos el universo que le rodea. Hoy, desde FM Bierzo y la 8 Bierzo TV, se dedica Jesús a pintar todo con colores vivos y sensaciones claras, aún y cuando en el horizonte se vislumbren paisajes grises, descoloridos, desteñidos, incluso anodinos… pero todos los colores tienen su espacio, su tiempo, su atención y dedicación en el firmamento de Jesús González: todo un arco iris que además de radiar sonidos e imágenes irradia ilusión y esperanza. A través de las ondas, y también en el ámbito personal, Jesús comparte los principios y valores de la sencillez y la honestidad, por una parte, y el respeto y la libertad de expresión, por otra, valores y avales que configuran de manera contundente la carta de presentación de este comunicador que ha sabido ganarse, a golpe de fe y entusiasmo, un lugar propio en el mundo de los medios de comunicación de nuestros días.
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