(4-0) El Astorga golea a un Atlético Bembibre sin actitud en una tarde aciaga para los bercianos

El Astorga no necesitó mucho para golear “casi sin querer” a un Atlético Bembibre con poca tensión, que no se jugaba nada en este partido, salvo dar una buena imagen. Y eso debería haber sido suficiente, sobre todo viendo el importante número de aficionados que se desplazaron a la capital maragata para acompañar a su equipo en este derbi provincial.

El partido no tuvo nada que ver con el de la primera vuelta, donde los bercianos habían sido muy superiores, a pesar del resultado. A estas alturas de la temporada los equipos que se juegan algo en la clasificación, por arriba o por abajo, llevan un plus de gasolina que acaba marcando las diferencias. Porque los maragatos tampoco es que deslumbraran con su juego, pero se encontraron con el peor Atlético Bembibre de la temporada, y bastó ese plus que da la necesidad de ganar para llegar al descanso con dos goles de ventaja, ante un conjunto rojiblanco que no disparó ni una sola vez a purta.

Roberto Puente abrió el marcador a los 15 minutos con un zurdazo que no pudo atajar Ivanildo. Fue un gol muy protestado por los bembibrenses al entender que venía precedido de fuera de juego. Reaccionaron tímidamente los de Ministro y acabaron reclamando penalti por derribo de Dani Martínez dentro del área, en la mejor combinación del Atlético Bembibre. Pero superada la media hora, Diego anotaba el segundo sorprendiendo por bajo a Ivanildo desde fuera del área.

La segunda parte comenzó con un cabezazo de Jose a bocajarro que pudo haber metido a los bercianos en el partido, pero remató flojo y al cuerpo de Berlana. Fue la única ocasión del Bembibre en una tarde para olvidar.

Viendo a los dos equipos parecía imposible pensar que el marcador se fuera a mover, pero el juez de línea tampoco estuvo acertado y, mal colocado, se tragó un fuera de juego muy claro de Javi Amor, que encaró a Ivanildo y fue objeto de penalti en el mano a mano. Roberto Puente se encargó de transformarlo.

Y con el partido ya agonizando llegó el cuarto, en otra jugada desafortunada para los rojiblancos que, de rebote, introdujeron el balón en su propia portería.

El Astorga fue mejor y el único que hizo méritos para llevarse la victoria, pero no fue un ciclón. Lo abultado del marcador refleja, sobre todo, la diferencia de mentalidad y de actitud que hubo entre ambos equipos.

 

 

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