Castilla y León inicia el curso escolar con 363.889 alumnos, un incremento de 3.662 respecto al curso anterior, principalmente en educación infantil y primaria, mientras se reduce en 655 el número de profesores y se eliminan 302 unidades educativas. También resulta significativo el recorte en la ayuda a las familias para la compra de libros , que pasará de 19 millones de euros a tan solo 6, endureciendo también los requisitos para obtener esta ayuda, ya que solo se concederá a familias con rentas inferiores a los 30.000 euros anuales. Además, quienes tengan niños en el programa “Madrugadores” tendrán que soportar un coste adicional de 25 € mensuales en concepto de copago por el servicio. A todo ello hay que añadir el sobrecoste del material escolar motivado por una importante subida del IVA, que castiga otra vez la maltrecha economía de la mayoría de las familias, y nos aleja un poco más del concepto de educación “gratuita”obligatoria.
El Consejero de Educación, Juan José Mateos, pidió a los docentes durante la inauguración del curso escolar, más trabajo, sacrificio y responsabilidad, para afrontar el curso dentro del actual escenario de crisis económica, y que una vez que “pase la rabia de no estar conformes” se de un paso al frente para sacar adelante la educación. “Sabemos que tenemos los mejores resultados pero queremos hacerlo cada vez mejor”
Por su parte Enrique Cabero, secretario de educación del Partido Socialista en Castilla y León, criticó a Mateos por pedir sacrificios a cambio de nada. El esfuerzo que se pide a profesores, padres y alumnos contrasta, a su juicio, con el poco esfuerzo realizado por parte de la Junta. Cabero lamenta que desde el gobierno regional no se valore la importancia que tiene la educación para el desarrollo de las personas, y como sector estratégico tanto para la creación de empleo como para fijar población en el medio rural.
También mostró su preocupación por el anuncio de la Consejería de Educación, sobre la posibilidad de vincular la financiación de los centros a su rendimiento, ya que podría dar lugar a una “falsa competencia entre centros” que lleve a dejar de lado a los alumnos que requieran un esfuerzo especial.
