Carlos Alcaraz va camino de convertirse en uno de los mejores tenistas de la historia. Sus números con apenas 22 años en cuanto a Grand Slams, con seis ya en su palmarés, auguran un futuro espectacular para el murciano. Sin embargo, aun no cuenta en sus vitrinas con un logro que se le ha resistido en los últimos años: la Copa de Maestros.
Conocido en la actualidad como las ATP World Tour Finals, se trata de un torneo que enfrenta al final de cada año a los mejores tenistas del ranking mundial. Este 2025, una vez más, se jugará en Turín, entre el 9 y el 16 de noviembre. En este momento, las predicciones de Novibet echan humo por ver quién puede ser el campeón.
Alcaraz únicamente ha podido alcanzar las semifinales en su mejor actuación en esta competición. No es algo nuevo para los tenistas españoles, ya que es un torneo que se resiste desde hace casi tres décadas a los jugadores nacidos en nuestro país.
De los muchos deportistas de la raqueta españoles que han destacado en los últimos años, únicamente dos consiguieron vencer en esta Copa de Maestros.
El primero de ellos fue Manuel Orantes, en 1976, venciendo al polaco Wojtek Fibak. Su caso fue curioso, ya que, en la fase inicial, cuando los tenistas se enfrentan en una especie de fase de grupos, consiguió vencer a dos de sus rivales, pero cayó ante el tenista polaco. En cualquier caso, no falló en la final.
22 años más tarde, en 1998, se vivió un hecho muy especial. Dos jugadores españoles como Alex Corretja y Carlos Moyá se vieron las caras en la final del torneo. El primero sorprendió a propios y extraños venciendo a Pete Sampras en la semifinal, y acabó alzándose con el trofeo en un duelo épico a cinco sets.
Más allá de Carlos Moyá, hasta otros tres jugadores del país ibérico se quedaron a las puertas de llevarse la Copa de Maestros a casa.
El primero fue Juan Carlos Ferrero, que sucumbió en la final del 2002 ante Lleyton Hewitt después de haber levantado un 2-0 abajo durante el partido. Cinco años más tarde, David Ferrer consiguió colarse también en el partido por el título, pero no pudo ante la maestría de Roger Federer, que liquidó el duelo por la vía rápida.
Especialmente curioso es el caso del mejor tenista de la historia de España, Rafael Nadal. Pese a sus numerosos éxitos a nivel de Grand Slams, siempre se quedó con la espina de no haber podido triunfar en esta competición, donde fue derrotado en dos finales.
La primera de ellas se remonta al año 2010, donde tras una temporada exitosa se vio las caras con Roger Federer en la final, siendo superado por el suizo en un duro partido a tres sets. Posteriormente, en 2013, volvió a estar cerca. En este caso fue Novak Djokovic el que le apartó del camino del éxito, venciéndole de forma clara en dos sets. En los siguientes años, el manacorí nunca estuvo cerca de competir por ganar la Copa de Maestros.
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