Gabriel Folgado durante el rodaje de Ancestral Delicatessen
Ancestral Delicatessen es un bello poema audiovisual, que nos devuelve a otra época, acaso a una infancia teñida de blanco y negro y niebla, como un sueño, a unos paisajes que conforman nuestra memoria, la memoria de nuestros antepasados realizando labores varias, entre ellas la de “apañar” castañas con las manos en el Alto Bierzo, y en concreto en la aldea de Berciego y en el útero de Gistredo (Noceda del Bierzo).
Una vez más, después del inolvidable e imprescindible Paisajes interiores sobre la minería, el guionista y director de Albares de la Ribera, Gabriel Folgado, nos ofrece este documental escrito con una gran sensibilidad, contado casi exclusivamente con imágenes en blanco y negro y sugerentes sonidos y aun silencios (puro arte cinematográfico), sólo interrumpidos por el viento, el agua, las hojas de los castaños, los pajarillos, el zumbido de unas moscas, el ladrido de unos perros en la noche, el cacareo de unas gallinas y el canto de un gallo, el movimiento y crepitar de un tambor de castañas bajo la lumbre, y algunas palabras de la familia protagonista: un niño y sus abuelos.
Se trata de poderosas imágenes y envolventes sonidos que emanan de la propia naturaleza, latiendo con viveza, y nos invitan a religarnos con la serenidad, con otra época: la belleza de la luz filtrada a través de unos castaños, el rostro arrugado del tiempo en un magosto familiar, el niño acariciando a su burro (o burra), el humo del fuego inundando la pantalla mientras se funde con la luz, las luces de un París multiétnico y abarrotado de gente, el París chic de los marrons glacés, a precio de oro, en la céntrica place de la Madeleine, que contrasta, de un modo bestial, con la vida sosegada de ese Bierzo ancestral, que se nos abre con una panorámica de la Sierra de Gistredo, en la que vemos un castaño con nidos de cigüeña en primer término, y se cierra, casi de igual modo, con una panorámica de la Torre Eiffel, tomada y tomando como primer plano las ramas de un árbol.
De este modo Folgado, que es guionista, director y productor de este corto documental, logra hermanar el Bierzo y la capital francesa a través del sabroso mundo de las castañas. Para hacer este Ancestral Delicatessen, Gabriel (Beli) contó con Marino García en la postproducción, Jorge M. Pérez en el sonido, Iván Mejía en el montaje, Luis Ángel Pérez en la foto (todos ellos ex alumnos y aun ex profesores de la finiquitada Escuela de Cine de Ponferrada), y por supuesto con su paisano y amigo, el cineasta Chema Sarmiento, que ejerció como cicerone en París, y gracias al cual Beli pudo filmar algunos planos en la prestigiosa patisserie/pastelería Fauchon.
Un auténtico deleite para los sentidos esta película, breve e intensa, porque lo breve si bueno dos veces bueno.
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