El futuro no Putin bien

Tomás Vega Moralejo

Como siempre, mis pensamientos no son más que eso, pues no soy analista experto en nada, así que ya sabéis… pero vengo a verter unas gotas más a los ríos de tinta que fluyen turbulentos estos días sobre la que está liando Putin, y traigo algo sobre lo que no he leído nada: y es cuestionar si se ha hecho bien en ir aislando a Rusia (digo antes de llegar a esta guerra).

Que Rusia no es comunista ya lo sabíamos todos, pues las dictaduras no son de ningún tipo de ideología, sino simplemente de lo que haya en la cabeza del dictador de turno.

Entonces, una de las preguntas más importantes ahora es si Putin se ha trastornado. A mí siempre me ha tenido cara de malo, y en sus últimas apariciones el parecido se me ha tornado a psicópata… pero supongo que es sugestión mía.

El ataque a Ucrania parece planificado minuciosamente desde hace meses, de modo que aunque es una barbaridad no parece un acto de locura.

Acompañarlo de amenazas de uso de fuerza nuclear, en principio forma parte de una estrategia disuasoria para que le dejen invadir a gusto.

Pero claro, esa posibilidad está ahí, por eso ahora hay que tener tanto cuidado como el que se está teniendo con las reacciones, porque a los demócratas nos importa la vida de nuestra gente pero a Vladimir puede que no.

Así que, de momento, desde el pragmatismo, casi parece un mal menor que Ucrania sea tomada por Rusia, porque así es malo para Ucrania pero si se empieza la tercera guerra mundial será malo para Ucrania y para muchos más.

No me sorprendería incluso que haya habido conversaciones de altos mandatarios, de esas que no nos vamos a enterar, en plan: -Si estás determinado a coger Ucrania cógela antes de que sea de la OTAN porque si no sí que la tendríamos gorda-.

La cuestión es hasta dónde está dispuesto a llegar Putin, cosa que juega con la ventaja de solo saberlo “él”.

Me pregunto cosas como si la gota que colmó el vaso para que Putin decidiera atacar, fue que no se diera el paso al gasoducto Nord Stream 2.

Imagino a Putin pensando sin sentimentalismos, como hace él, importándole un carajo que con sus decisiones la gente sufra o muera si cree que eso contribuye a un objetivo mayor.

Le imagino pensando en que su país es muy rico en combustibles y minerales, pero poco más. Habiendo tenido problemas para vender su gas a través de Ucrania, habiéndola evitado por el Mar Báltico con el Nord Stream 2 y viendo cómo Europa también le ponía pegas. Viendo cómo el mundo vira hacia energías limpias y hacia el autoabastecimiento… imaginando entonces en un futuro a Su Rusia realmente pobre… y decidiendo entonces que ya de estar casi sola (China es colega pero, por supuesto, tiene sus propios intereses también), era hora que ejecutar acciones contundentes.

No sé si busca, sin escrúpulos, más terreno para que Rusia sea más capaz por sí misma, o si ya se trata de un “de perdidos, al río” y cumplir al menos sus sueños de URSS; pero en ambos casos cabe pensar en si se ha sentido obligado a esta aparente locura, por sentirse cada vez más aislado. Que no digo que no se lo haya buscado, pero supongo que habrá pensado también que si Estados Unidos ha ido a meter su ejército allá donde le ha parecido conveniente, a ver porqué no iba a poder hacerlo él…. y tal vez ahí esté la clave de lo que nos parece realmente diferente de esta guerra, aunque no lo sea tanto porque creo que no ha habido un solo día de la historia en que la Tierra entera haya estado en paz: ahora sentimos la guerra cerca, sentimos miedo real y no como cuando la vemos tan lejos que nos parece una película.

Los europeos de ahora no estamos preparados para esto. La época de las invasiones nos parecía tan pasada que incluso nos molestaba que nuestros países “desperdiciaran” dinero y recursos en armamento. Nos olvidamos casi completamente de aquello tan antiguo, pero a todas luces aún válido, de que “Si vis pacem, para bellum” (Si quieres la paz, prepárate para la guerra). Fiamos nuestra seguridad internacional a la capacidad de nuestro colega EEUU. Nosotros estamos preparados para vivir la vida, mientras que en Rusia, no sé si por lo austero de su clima y costumbres, están preparados para las duras.

Tal vez los hemos juzgado mal por vivir así, bajo una mano de hierro, como si todos los países tuvieran que ser como los nuestros cualesquiera que sean sus circunstancias, y tal vez debimos entendernos con ellos sin aplicar esa ética de doble rasero: como Rusia es algo dictadora, vamos a entendernos lo justo e incluso vamos a aplicar sanciones y esto y lo otro… ética que no aplicamos con la propia Rusia ni con otros según interese.

Es de suponer que no intente nada contra un país que no fuera de la antigua (no tanto) URSS, porque Putin se las trae, de eso no cabe duda, pero no creo que se quiera suicidar, aunque se lleve a otros por delante, iniciando una guerra nuclear. El que haya armamento nuclear cambia totalmente las reglas respecto a las guerras de antaño, y por eso, y porque creemos a Putin capaz de usarlo, no hay quien se mueva realmente contra Rusia…

La última cuestión que se me plantea es que tal vez esto de Putin pase de forma más o menos llevadera para “nosotros”, ya pensando egoístamente por triste que sea ver lo que está ocurriendo (al final, todos buscamos mecanismos psicológicos para seguir adelante con nuestra propia vida)… pero ¿Y si Putin, u otro mandatario de un país sin mecanismos para apartarlo del poder, se vuelve verdaderamente loco? ¿Y si accede al poder, de un país con armas atómicas, alguien verdaderamente loco y malvado? (Hablo así en sentido coloquial, pues tal vez debiera hablarse únicamente de maldad, ya que se puede estar loco y ser buena persona)

¿Hay algo que se pueda hacer contra un tipo así con armas nucleares?

Me temo que no… y el mundo, superpoblado y de cabeza hacia el cambio climático, habrá de tener más turbulencias aunque ésta (esperemos) pase sin convertirse en algo aún más grave.

Hay algo que veo que mucha gente no piensa respecto al cambio climático, y es que se tiende a pensar que el cambio climático va a ser alguna sequía que otra y algún aguacero que otro que, además, pillará casi siempre lejos de nosotros, pero hay algo en lo que no han caído en la cuenta: y es que el cambio climático va a perjudicar seriamente la agricultura, y con ella toda la alimentación.

En el futuro, las guerras por recursos tan básicos como agua y alimentos parecen aseguradas, a menos que todos los países colaboren realmente por el bien común… cosa que ya sabemos que no va a pasar porque a veces no nos entendemos ni en casa.

PD: A ver si la singularidad tecnológica sucede pronto. Igual es ciencia ficción, y faltaría saber si le importaríamos a esa inteligencia artificial que pasaría a mandar, pero lo que no parece tener remedio es nuestra capacidad de autodestrucción, que una vez más nos pone de relieve, como publica el genial “El mundo Today”, que: La humanidad empieza una guerra para demostrar que no necesita ningún virus para destruirse.

Tomás Vega Moralejo

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