Luis Miguélez

Provocando a la historia

Media noche del domingo 13 deseptiembre de 2009. Luis Miguélez entró solo en la cafetería del hotel, donde se hospedaba con su banda Glitter Klinic. Terminaba de ducharse y vestirse para la actuación que ofrecería en media hora en el patio del Colegio Virgen de la Peña de Bembibre. Pidió una tila. Mientras él esperaba, sus compañeros salieron del hotel para encaminarse al recinto del concierto. Unos en alemán, otros en español, le apremiaron para que se uniese a ellos e ir juntos. Luis les pidió que le esperasen fuera. Nos quedamos solos en el bar. Se sentó en un taburete mientras enfriaba la infusión. Dejó la mirada perdida en ninguna parte de la cafetería. Serio, concentrado. “¿Una tila, Luis?”. Le pregunté. Asintió. “¿Estás nervioso?”. Sin duda que lo estaba. “No me lo puedo creer. Tú nervioso antes de un concierto…”. “No puedo evitarlo. Siempre es igual”. Me aseguró. Y mientras se tomaba la infusión hicimos un repaso por su historia musical, que es historia musical de este país. Entre sorbo y sorbo me contó cómo, a comienzos de los años 80, recién llegado a Madrid, comenzó a colaborar con Pedro Almodóvar y Fabio McNamara. De su paso por Alaska y Dinarama. De la creación de su propia banda junto a Fabio McNamara y Juan Tormento. Luis fue parte destacada de lo que a él no le gusta denominar como La Movida.“Éramos distintos. Provocadores. Llegados de una generación que pasó su infancia bajo el régimen franquista”. De cómo produjo el primer disco de un desconocido Alejando Sanz. De que ya iniciados los noventa, fue integrante de la primera etapa de Fangoria. Apurando la tila me habló de su faceta de compositor, a lo largo de los años 90. Canciones para Lola Flores, Alejandro Sanz, Baccara, Serafín Zubiri, a quien le hizo la canción que representó a España en el Festival de Eurovisión de 1992. Luis estaba cómodo hablándome de todo ello, pero tenía que irse al concierto. No le dio tiempo a contarme de su actual estancia en Berlín, en el distrito de Friedrichshain-Kreuzberg, donde reside desde 2001. Ni de cómo creó, junto a Antonio Glamour y Juan Tormento, Glamour to Kill, una banda de inspiración glam rock con la que editó dos discos, que le permitió cosechar una gran popularidad en los mercados anglosajones y en toda Alemania. No me contó de la creación e historia de su actual banda Glitter Klinic. Nos dimos un abrazo y le deseé suerte. Se unió a los suyos y se encaminaron a hacer vibrar con su música al público de Bembibre, su villa natal. No fui al concierto. Permanecí en la cafetería del hotel, detrás de la barra, donde aquella madrugada nadie más me pidió tila.

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